- Un poco de alquimia para modificar la apariencia de la madera para también usarla como cubierta de aquella espada. No era el mejor de sus trabajos, pero tampoco era alto mediocre, pues la apariencia rondaba entre lo rústico, artesanal.
Esbozó una afable sonrisa ante el comentario que sin duda era agradable saber que ella se sentía cómoda con aquella vaina improvisada. -
¿Estás segura que me ha encontrado? Quizás... yo le he encontrado a usted.
- Replicó para así extender su siniestra en un modesto, pero elegante gesto para confirmar aquella invitación. -
Estaba familiarizada con cierto tipo de magia sin embargo aquello que el joven hizo le tomó por sorpresa provocando que diera un paso hacia atrás, el olor fue lo de menos, aunque si provocó una ligera mueca en la híbrida quién veía como su arma era cubierta por aquel corteza formando un bastón discreto y fácil de transportar. — Vaya, eso nos ahorra mucho tiempo. — Sujetó el bastón con firmeza y lo movió expresando satisfacción al sentir lo ligero que esté era. — Me he encontrado con una cajita llena de sorpresas, me gusta eso. — añadió entre una risa corta y sútil. — Nos vamos entonces?
- Había volteado los ojos en un ligero gesto de fastidio al ver que esta se preocupaba por algo tan trivial como lo era ocultar un arma.
Estiró su diestra, hacia ella, específamente hacia aquella espada. Mientras tanto, su mirada ambarina comenzó a resplandecer mientras dicha mano se vió rodeada de una aura del mismo tono que su cabello, tal vez un poco más pálido. No obstante, un ligero aroma a huevo podrido comenzó a percibirse y ante ello, las raíces de aquel arbol comenzaron a escalar a traves de la vaina del filo de la katana, formando una vaina para aquella, pero con la apariencia de un bastón que ocultaría perfectamente su arma. -
No se había percatado de la extraña tensión que la rodeaba, últimamente sus días habían sido un total desastre sin mencionar el problema en el que se había metido con "aquella" persona. Respiró y llevo una mano a su cabeza echando hacia atrás algunos mechones de su cabello. Mostró su arma y dejo escapar una risa corta. — Claro, pero primero debemos deshacernos de esto. Ya sabes, los humanos se alarman por cualquier cosa además de que es evidencia de un par de escenas del crimen. — sin pesar agregó y relajó sus hombros. — Solamente mencionaste eso y todos mis problemas se esfumaron. Que bueno eres para animar a la gente ~
- Sabía perfectamente que la arrogancia se había vuelto un rasco muy distinguido de él, pero a decir verdad, era algo de lo que realmente se sentía agradecido, pues de no ser por ello se habría visto encadenado a servir a una biblioteca como un viejo colega.
Miraba a la misma dirección que ella, había algo atractivo en aquel punto ya que no podian despegar sus miradas de tal sitio. No fue hasta que este desvió su atención al costado derecho, donde finalmente fijaría aquella amarillenta mirada sobre la contraria en una suspicaz gesto.-
Esta bien... supongo que algo que aliviaría la tensión seria algo de beber ¿O no?
A pesar de no mirar directamente al hombre, escuchaba atentamente sus palabras. Su existencia al igual que la de el se remontaba a cientos de años y pese a la certeza de no ser indestructible se negaba a dejar de cometer esos riesgos y "equivocaciones". — Seré mejor como los humanos, dejan todo a la suerte y dejan que las cosas fluyan. En realidad, creo que los siglos nos han dado tanta soberbia que en realidad, nos equivocamos más de lo que un humano lo haría. — sonrió inclinando su cabeza hacia arriba viendo la copa de aquel árbol moverse ligeramente. — Pero basta de esta charla aburrida sobre nuestra existencia. Cómo si hubiese una respuesta. — cerró sus ojos. —
Muchas veces, pensamos que al seguir intentando lograremos un acierto, pese a tantos errores. En mi opinión es otra manera de auto engaño...
- Al estar a una distancia más próxima a ella no dudó en descansar su cuerpo junto al tronco de aquel arbol que buena sombra proveía durante aquel soleado día. Él prefería mantenerse a la sombra a estar todo el tiempo postrado ante el sol y su cálido y molesto brillo. -
... Dañar a otros en el camino, si es el precio, entonces la meta será grande, pero seguir con los mismos intentos para alcanzar la perfección, podría ser contraproducente. Es necesario cambiar de estrategia.
Un suspiro escapó de sus labios la joven estiró sus brazos y relajó su postura con su cuerpo ligeramente inclinado apoyado en el filo de su arma. — Es interesante como no nos cansamos de cometer errores. Y dañar a unos tantos en el camino. ¿No es eso lo que nos vuelve interesantes?...la imperfección. —
- Había soltado una risa llena de ironía al recordar cada uno de los fallos que había tenido por mas de 600 años. Se acercó a ella a paso lento, cuidando de no alzar el polvo. -
SÍ, no lo voy a negar, y lamentablemente es algo que mancha tu historial...
