–Es un príncipe con el que estás hablando. No me gusta que me hagan esperar. ¿Acaso no ofrecen la excelencia a los mejores clientes?

Replica, ante la actitud de aquella mujer. Sin embargo, está ahí para perseguir a una criminal. Si algo le deleita, es encargarse él mismo de las ejecuciones y cacerías. En ése sentido; no es alguien convencional.

— Para nada mi señor, he sido yo quien le hizo esperar.— Miró de reojo a Eberhart y sonrió ladina, casi burlona. Se adelantó un par de pasos para guiar al noble al interior de la habitación. — Permítame compensar mi falta ~

—¿Y cuál es el precio a pagar?

He pecado de verme desesperado, entonces, me disculpo de antemano.

—Mientras conducía a la dama de nueva cuenta hacia dentro, esperando allí que ella misma le condujera a su sitio.—

**Se impacienta porque no consigue lo que quiere.** (?)

Capitán. — inclinó su cabeza al verlo extender su mano hacía ella, tomó su mano y dió un paso para acercarse a el. — Recién me han dicho que usted había llamado por mi, quería prepararme y estar lista para usted. —

Interesante tatuaje, me gustaría saber si tienen algún mozo para mí.~

Milady, ¿tiene algún problema?

—Mientras se acercaba a Lamia, extendiendo la mano hacia ella.— Se ausentó demasiado tiempo, espero me disculpe por venir a buscarla.

¿Por qué entras al Beso de Seda si no estás dispuesta a pagar?.

—¿Entonces por qué lo expones públicamente?