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Caer.
 
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Andissiel · 26-30, M
precario que permitía el fumar sin ser multados. Fue incapaz de darle lumbre al tabaco, estaba muy nervioso y la mano le temblaba, como cuando la ansiedad le ahorcaba cual víbora—. Claro que la cuidaré, ella es mía, al igual que tú. Nada le pasará, y si le pasa, haré pagar a los responsables de eso. Lo mismo para ti, no importa que tan lejos te vayas, iré a buscarte.
Andissiel · 26-30, M
Yo no me pienso separar de ti, Kaalenka. A la mierda eso. —Negó en voz alta, no le importó subir un poco el tono, como si nada fuese más precioso que lo que Andissiel sostenía. La señaló con su dedo índice libre, pues pese a que conocía muy bien el rol del cuidador de la rusa, no confiaba en nadie que no fuese él para cuidarla, solo la Serpiente Negra podía cuidar a la blanca, así eran las cosas, así siempre fueron desde que se conocieron, separarse de ella era distinto a andar de perdido unas semanas cuando andaba ebrio de sustancia o confundido, ahora era separarse por continentes de la mujer de su vida, eso no podía existir en la mente del pandillero. Y pese a asumirlo, y pese a saber que no había otra opción, jamás podría aceptar tal cuestión— Da igual si tu padre te quiere o no, nosotros somos la familia ¿sabes? Y nosotros te estaremos esperando siempre.

—Negó de nuevo, mientras tomaba asiento en el borde de la cama. Cigarrillo armado que dejó en el cenicero, el lugar era tan..
xKaalia · 31-35, F
doblaba, justo una remera de Andi— Quizá deba volver a Rusia, pero mantenerte a ti, Moka, Jaco y Café a salvo será un trato justo. —pasó saliva, alzó los hombros como restándole importancia, aunque era todo lo contrario— O quizá sólo estoy adelantandome a los hechos, es decir, han pasado años ya... ¿tendría sentido que mi padre me quiera de vuelta? —aquello sonó con un tinte melancólico inherente— ¿Cuidarías de Moka hasta que yo pueda volver? —alzó la mirada, ese azul vibrante que puede helar, pero que en ese momento fue nítido y emotivo.
xKaalia · 31-35, F
Comenzó, abrió el dulce y lo llevó a su boca— Le pediré ayuda a Anthony ¿lo recuerdas? Quién me llevó hasta el parque rojo la primera vez que salimos. —recordó, e inevitable fue que medio sonriera sin perder el hilo de lo que estaba diciendo— No lograremos cruzar del otro lado del charco sin ayuda, es eso o arriesgarnos a que nos atrapen al mínimo intento, y encima, que nos quiten a Moka, nos van a joder en la cárcel o... —hizo una seña de muerte con el pulgar sobre el cuello, yendo de vuelta a la cama libre para seguir ordenando la ropa— Aunque... Una vez sabiendo a dónde me dirijo, puede que llegando a Londres debamos separarnos, Andi. —y lo dijo con la mirada perdida en la prenda de ropa que ...
xKaalia · 31-35, F
Asintió, si él afirmaba que todo saldría bien, así sería, ya había confiado su vida en sus manos más de una vez ¿que podría perder? En realidad ambos estaban en la línea de fuego, apoyándose el uno sobre el otro, aún las posibilidades de éxito fueran casi niñas.

— No demasiado, Jaco de llevó una parte para traer comida y agua, la del grifo está pésima, Moka no puede beber de ahí. —dijo contra el pecho de Andi tras él abrazarla, dándole un estrujón antes de apartarse gentilmente, dando un largo bostezo al pasar hacia el clóset donde había colgado su abrigo, ahí tenía escondidas sus armas, una navaja y una pistola, lejos de Moka, sólo se acercó para buscar ahí un caramelo que había dejado en el bolsillo— He pensado en algo que nos facilitará el llegar con mi madre.
Andissiel · 26-30, M
escapando de todo—. ¿Cuánto dinero nos queda?
Andissiel · 26-30, M
—No conocía las calles del lugar, tampoco conocía los códigos o conductas que ahí tenían, eran dos ajenos en tierra de nadie con responsabilidades en la espalda, lo cual hacía que ambos vivieran con un ojo abierto, mucho más que antes ¿hace cuanto que no podían dormir? Tener un arma cerca de la cama no era raro, pero si lo era tener que ocultarla para que una niña no la confundiese por un juguete. El que ella estuviera cerca solo hizo que Andi le abrazase, pero ciertamente es que estaba igual de exhausto y preocupado, no le quedaba hilo en el carretel para poder seguir aparentando fortaleza donde no existía, donde no había y donde faltaba más que solo eso—.

Hush, tranquila, todo va a salir bien. Ya hemos pasado lo complicado, solo queda seguir adelante. —Dijo con un tono fingido, seco y ausente, pues en su mente yacían las preocupaciones ¿Qué rutas tomar para que no les pidan los documentos? ¿Dónde esconder la pistola? Se veía claramente como los cuatro, sumado al perro, estaban...
xKaalia · 31-35, F
Así, fue hasta él, le tomó de brazo y apoyó su frente bajo el hombro ajeno— Estoy realmente cansada... Soy un desastre ¿verdad? —era obvio el desgaste en ambos, sostenidos solo por la esperanza de hallar la luz al final del túnel, en este caso, en Londres, con su madre. Su cabello daba señas de falta de tinte, y su gesto lucía agotado— Quien fuera Moka o Café para no preocuparse por nada, sólo comen y duermen sin preguntarse que será mañana. —y miró por un lado al fondo donde estaba una de las camas con Moka y Café encima, abrazados y dormidos profundamente.
xKaalia · 31-35, F
Un sonido blanco le abordó, era la duda saltandole a la mente, calentandole la cabeza como un veneno corrosivo... Pero ahí estaban esos ojos en los que podía reflejarse y hundirse la vida entera; asintió, presionó los labios y los relamió para ponerse en pie, había estado ordenando ropa limpia que tuvieron suerte de poder lavar en una lavandería local del estado donde estaban ahora, lejos, muy lejos de lo que fue su hogar. Era un hotel barato, de esos que huelen a humedad y no tienen mantenimiento, que apenas y se sostienen, sólo para eso les había alcanzado, pero al menos había agua caliente y les habían aceptado con el perro a cuestas.
Andissiel · 26-30, M
—Solo por un instante se había quedado ahí, como inmortal en el momento. Observó a Kaalia con cierta duda, es verdad, el corazón le marcaba un ritmo ansioso y un poco alterado. Aún así, negó—

Ya es tarde para ir a otro lado ¿no? Tenemos que avanzar, no podemos retroceder. —Había muchas cosas que ya no podían repetirse: No tenían dinero, no tenían pastillas, y nada para vender. Las armas que tenían eran para cuidarse, pero tampoco podían recorrer Estados Unidos con ellas. Si se regalaban ya estarían cotizados por la policía y los otros peces gordos—. Estamos preparados.

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