-Sostenía las llaves elevadas a la altura de su hombro, como tentándole a tomarlas; ella no sólo era más lista, era más ágil, y también, más desinteresada de si situación estudiantil, a pesar de los títulos que se le asignaran. Fijó su mirada carente de brillo en los ojos chispeantes de Andi, esperando- ... -Sonrió, de pronto. La cercanía era suficiente para poner a cualquiera nervioso, pero ella estaba más alborozada- Por supuesto que no diré nada. -Le acercó la llave al rostro, para que la tomara- Nos vemos en la terraza a las 5 pm.
-Intento frenarla, intento incluso estirar su mano para atrapar su movimiento, pero no pudo. No pudo siquiera esforzarse para inmovilizarla, había demasiada gente en la escuela, y por mas que no le prestaran atención ahora, tan solo faltaba hacer un mero ruido para que todos como moscas voltearan.- Nanno eres una perra. -Miró hacia los lados, el adolescente actuó de manera desesperada, sus ojos se abrieron de manera espontánea, acercándose a ella, rompiendo cualquier tipo de distancia íntima, casi apoyando su frente contra la contraria, intento ser firme y rudo, pero por dentro estaba desesperado- Si dices algo te asesino.
Nanno enfrió la expresión de su rostro cuando el profesor estuvo lejos y no percibía personas a su alrededor. Dio un paso al frente cuando le dio su espalda e introdujo la mano en el bolsillo de su pantalón, para tomar con la punta de sus dedos el llavero, y al hacerse con él, tiró rápido.- Profesor Kendall. ¿Ves lo imprudente que eres? -Arqueó una ceja, intentando disimular su sonrisa victoriosa- Me pregunto qué dirá el director cuando le muestre esto...
-Miro al profesor de mala gana cuando paso, y el gesto fue obviamente recíproco. Seguro le molestaban sus piercings, sus ojeras de poco sueño, su pelo despeinado y sobre todo, que la alumna genio le estuviera hablando. A él no le podía dar mas igual todo, pero comentario de Nanno le dejo petrificado, nadie, nadie le había visto robar las llaves del almacén de deportes, nadie. Era imposible, ya que lo extrajo del bolso del profesor de fútbol mientras follaba con una conocida de Andi. Le dio la espalda a la pelinegra, y menciono.- Estas loca, yo no llevo nada ahi.
-La muchacha se quedó en silencio por unos segundos y volvió su cabeza discretamente hacia los lados; en el momento un profesor caminó cerca de ellos y ella sonrió. Cuando se alejó, su mirada se fijó en el muchacho- ¿Seguro? ¿Entonces cómo sé que guardas algo ajeno en tu bolsillo? -señaló hacia su cadera diestra-
No es placentero seguir tus estupideces. Es mi deber. Me han enviado a cuidar que no hagas nada estúpido mientras el director piensa qué hacer contigo.
