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Merikh · 26-30, M
[code] alegraba de haber muerto, esta era una de esas. [/code]
Merikh · 26-30, M
[code]Observó los movimientos femeninos con interés y en total silencio, buscando algún indicio de la posesión de Lucifer sobre ella. Ya habían pasado algunas semanas tras la firma del contrato, ¿por qué el máximo traidor de los cielos aún no se dignaba a aparecer frente a él? Quizá el cuerpo de Seiren no era el adecuado... No, imposible, este había sido meticulosamente elegido tras siglos de búsqueda.
—¿A qué te refieres? —ni siquiera fue notorio el hecho de que Merikh se había perdido en sus propios pensamientos por unos instantes; gajes de su oficio en vida probablemente—. Si hablas de si podemos vendernos como unas rameras para que la persona se sienta querida... Sí, ¿por qué no? No tenemos mucha moral; aunque en lo personal me resultaría fastidioso y preferiría buscar otro contrato.
El demonio se encogió de hombros y chasqueó la lengua. La humanidad era débil, eso no había cambiado pese a las generaciones de vida que habían pasado tras su muerte. Muy pocas veces se[/code]
—¿A qué te refieres? —ni siquiera fue notorio el hecho de que Merikh se había perdido en sus propios pensamientos por unos instantes; gajes de su oficio en vida probablemente—. Si hablas de si podemos vendernos como unas rameras para que la persona se sienta querida... Sí, ¿por qué no? No tenemos mucha moral; aunque en lo personal me resultaría fastidioso y preferiría buscar otro contrato.
El demonio se encogió de hombros y chasqueó la lengua. La humanidad era débil, eso no había cambiado pese a las generaciones de vida que habían pasado tras su muerte. Muy pocas veces se[/code]
Amymarch · 22-25, F
Una vez que tenía todas las hojas ordenadas en su mano, las dejó en su lugar de origen con un peso por encima para evitar una futura catástrofe. Era su turno de arreglarse ahora, tironeó una coleta que utilizaba de brazalete y alzó los brazos detrás de su cabeza para hacerse una cola de caballo. No respondió de inmediato a la aclaración de uno de sus flamantes alumnos, sino que se quedó saboreando el significado de aquellas palabras.—No estás errado, pero siempre hay algo más profundo detrás de esa búsqueda de riqueza. Piénsalo cómo un medio para lograr o obtener algo más. ¿Ustedes pueden proporcionar...sentimientos de seguridad? —Inquirió curiosa mientras se posicionaba enfrente suyo, había cosas que ella desconocía y una de ellas era el límite de lo que podían llegar a ofrecer.
Merikh · 26-30, M
[code]La dejó continuar con su supuesto trabajo y se levantó él poco después, justo cuando Seiren preguntó por lo escrito en las hojas. —Son las cosas que hasta ahora nos has enseñado sobre los humanos. Hice una lista con aquellas que sirven para guiarlos a realizar un contrato. La riqueza encabeza el listado. —Se dio la vuelta para caminar hasta el alfeizar de la ventana y tomar asiento en este. No era su intención como tal, pero así su cuerpo serviría para bloquear la corriente de aire.[/code]
Amymarch · 22-25, F
Todo había sucedido demasiado rápido. El viento y un creciente remolino de hojas enrollándose entre las cortinas; le habían dado la bienvenida apenas puso pie en la habitación. Dio un salto para llegar lo mas rápido posible a la ventana, la cerró y una vez cumplida su misión, perdió el equilibrio cayendo sobre el desastre.
Le daba mas pena explicar la situación que el hecho de que Merikh la encontrase en aquel estado. Se recompuso irguiendo su postura y comenzó a recolectar el papelerío. —Ordenando. —Respondió evadiendo su mirada y leyó rápidamente la hoja mas cercana, hasta que un gesto de confusión impregnó su rostro. —¿Qué dice aquí? —Señaló uno de los renglones, de aquella letra incompresible.
Le daba mas pena explicar la situación que el hecho de que Merikh la encontrase en aquel estado. Se recompuso irguiendo su postura y comenzó a recolectar el papelerío. —Ordenando. —Respondió evadiendo su mirada y leyó rápidamente la hoja mas cercana, hasta que un gesto de confusión impregnó su rostro. —¿Qué dice aquí? —Señaló uno de los renglones, de aquella letra incompresible.
Merikh · 26-30, M
[code]—¿Son esas mis notas?, ¿qué haces encima de ellas?
Merikh se puso de cuclillas a un lado de la pelirroja para poder observarla mejor. No estaba enojado por aquel desastre, -pese a que odiaba cuando se metían con sus cosas- sino que en su rostro imperaba la curiosidad. Tal vez su maestra había encontrado fallos en lo escrito. [/code]
Merikh se puso de cuclillas a un lado de la pelirroja para poder observarla mejor. No estaba enojado por aquel desastre, -pese a que odiaba cuando se metían con sus cosas- sino que en su rostro imperaba la curiosidad. Tal vez su maestra había encontrado fallos en lo escrito. [/code]
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