— Igualdad de género... Interesante... Un reino nutrido por dos personas... Suena como un lugar lleno de paz. — Al ver que la princesa hacia su mejor esfuerzo para caminar más rápido no pudo evitar sentir ternura por su consideración.

Entre más profundo en el bosque, ella se sentía mejor. — Por aquí princesa. — con cuidado la invitó a acercarse a un árbol el cual en sus raíces tenía una generosa cantidad de flores pequeñas. — Éstas flores sirven para crear mejores colores en pinturas..— con cuidado acariciaría un pétalo nosotras las usábamos con cera de abeja para crear maquillaje y bálsamos para los labios... ¡Oh! — señaló a lo lejos una peculiar flor en forma de campana de color azul — Ellas brillan en la oscuridad, los goblins odian ese brillo...—

Aquí mis padres ambos reinan, mi padre es sin gran hombre y tengo 5 hermanos varones, pero siempre estoy curiosa de como viven fuera de Asernova, así que me encantará aprender de ti * Le sonrió y camino un poco más rápido, ya que entendía que la mayor daría pasos más largos que ella, le guío por al menos 10 minutos más, hasta lo profundo del bosque *

Con sumo cuidado tomó su mano, agachándose un poco y dando pasos cortos al ritmo de ella. Yerazog jamás había sido madre, ni tenía hermanas, sin embargo tenía un peculiar don maternal y de maestra. — En mi clan, siempre estuvimos separados machos de hembras... nosotras cazabamos, estudiábamos y funcionabamos a la perfección sin machos... Así que espero darle una visión diferente de lo que he aprendido en mis viajes. —

*Se puso entonces de pie, aliso sus ropas con las manos antes de extender una hacia Yerazig para que la tomara y asi guiarla a la parte del bosque donde recogía las plantas y raíces para sus pociones * Vamos entonces

Mantuvo su arco en su mano izquierda mirando a Eru. — Sería todo un honor para mí princesa. Sobre todo ayudarle en sus conocimientos de herbolaria y un poco de alquimia — a pesar de estar manteniendo una charla amena, sus orejas estaban atentas a todo cambio en el aire, al más fino sonido y su nariz antenta a algún olor extraño.

*Río un poco y miro a dónde estaba el Elfo*
Es Eru, un guardia real, así que no te preocupes no hace daño y se que tu tampoco, así que dime...¿Quieres ir conmigo?

— Asernova... Creo que he viajado tanto que estoy muy lejos de casa... Aún así, se levantó un poco para apoyar una rodilla en el suelo como si fuera una especie de caballero. Un honor joven princesa, mi nombre es Yerazig.— una vez acabada la formalidad de la mochila que cargaba sacó un viejo libro. Pero se detuvo al ver al otro hombre presente ¿Cómo era que no lo había notado? El no tenía ningun olor... — Joven princesa. ¿Es aquél su guardaespaldas? o ¿O algún acosador? — en su mano derecha un arco del más fino diamante comenzaría a materializarse. Si bien no conocía a la princesa, no iba a permitir que alguien molestara a tan linda flor.

—Como siempre Eru siempre vigilaba desde la distancia, sin interrumpir la charla de una de las princesas, solo manteniendo la guardia alta en caso de ser necesario.–

Nunca ví a alguien como tú..* Estaba sentada en el suelo lo que la hacía más pequeña de lo que era ya que Amaris no media más de 1.40 metros, así que era bastante pequeña* Si, lo sé, mis padres son los reyes de Asernova* Respondió con una sonrisilla en los labios* Hay muchas plantas buenas para pociones, yo podría ayudarte a buscar algunas

Sus orejas se movieron en varias direcciones detectando si había alguna especie de vigilante, sin embargo no tenía nada que temer puesto que sus intenciones no eran malas — Podría decirse que sí, soy visitante. Soy una deidad animal, mi deber es la protección de la vida. — Yera llegaba a medir más de los 2 metros de altura, por ello optaría por sentarse en el suelo y evitar lucir como una amenaza. — Ésta tierra es muy sana y llena de harmonía, la variedad de plantas es muy rica. ¿Sabes quienes son los dueños de estas tierras? Me encantaría poder recolectar algunas plantas para pociones y remedios. —