-Un ligero golpe fue dado por parte del Caster, no con su mano, si no con una tablilla que recientemente habia materializado, uno de los catalizadores de su magia. No fue fuerte, mas bien era una forma indirecta de decir "ordena tus pensamientos", no necesitaba palabras para poder expresarlo bien.-
Relaja tu mente, si te sobrecargas luego no podras pensar bien
-De sus labios, una risa emergio, la característica principal del rubio, tras esto retraeria la tablilla, pasando a desaparecerla nuevamente antes de retomar palabra. Probablemente debia ser un poco mas explicativo.-
Sean las que sean las versiones que hayas visto, no tienen porque afectarte directamente. Todas son tu, en otro tiempo, en otra era, en otra decision que en tu vida hayas tomado, son posibilidades distintas a la que eres ahora.
Pero pueden ser perfectos incentivos para el aprendizaje.
—O quizás, un maestro que es un poco un patán.— Hizo un mohín, pensando en su maestro. Lo admiraba y lo apreciaba bastante, pero los Dioses sabían no era el mejor cuando se trataba de ser considerado a diferencia del Rey... ¿Estaba preocupado por ella? ¿Solo tenía curiosidad? Se puso nerviosa siendo incapaz de entender las señales. Las emociones era un tema mucho más complicado que la magia para ella.
—Hace...— Se quedó pensativa, la vista fija en un punto cualquiera. —Hace algunos meses. Es confuso estar en este lugar, encontrarme con quienes deberían ser yo pero al mismo tiempo no lo son.— De pronto tuvo una idea. —¿Crees que eso tenga que ver? Algo así como en Volver al Futuro, si encuentras a tu yo del pasado frente a frente, se crea una paradoja temporal.— ¿En serio le había hablado de Volver al Futuro al Rey de Uruk? Solo esperaba que no le resultara tonta.
-Alzo su ceja, tal parece que el mago que alguna vez invoco durante su reinado en Uruk no habia cambiado en nada aun siglos despues de su primer encuentro, no podria esperar menos, despues de todo Merlin era asi. Pasaria a negar ligeramente con la cabeza, esto mientras se cruzaba de brazos igualmente.-
Un maestro que quizas, esta viendo que su joven discipula esta creciendo.
-Esbozo una ligera sonrisa, a penas visible, de alguna forma le generaba cierta empatia la falta de conocimiento de la maga, quizas porque le recordaba a cierto pasado, a sus primeros años cuando fue nombrado como rey, era tan joven en ese entonces.-
Aunque con mas razon debo preguntar. Hace cuanto que experimentas visiones como estas?
—¿Descuidarlas?...— Lo miró con un tanto más de curiosidad, mantenía sujeto entre sus manos su báculo, con algo de fuerza, en realidad se había puesto algo nerviosa, pero estaba en su educación controlar esas emociones. Centró entonces su atención en el Rey de Uruk, siguiéndolo con la mirada mientras se levantaba.
Wow, es tan... alto.
Pensó. Inmediatamente se dio cuenta de lo inapropiado de aquéllas ideas y desvió la mirada. Aunque él ni siquiera podría saber qué había detrás de su expresión infantil. —¡Lo intento! Pero es tan difícil. Merlin solo me dice: 'Altria, tienes cinco días para dominar esta magia' y se va... ¿Qué clase de maestro orilla a su discípula a enseñarse ella misma?— Sus pupilas esmeralda volvieron entonces a fijarse en el rubio.
-Gilgamesh podia parecer bastante facil de burlar, pero como Caster, su capacidad de ver a travez de las mentiras estaba en plena capacidad, pudo notar entonces ese cambio, la joven Caster parecia no ser experimentada en estas cosas, pero tampoco es como que pudiese culparla. El dorado se mantuvo sentado sobre el suelo por unos instantes, mantenia las piernas cruzadas como si estuviese meditando y tras esto, empezaria a hablar.-
Los que usamos la magia tenemos por costumbre que estas visiones a veces nos invadan, no las descuides, podria ser peligroso. -Con esto, fue poniendose de pie, acentuando un poco mas su posicion con una expresion que mezclaba la seriedad con la serenidad.-
El fuego a su alrededor se disipó y todo volvió a la normalidad, Camlann había desaparecido, también los cuerpos caídos de sus queridos Caballeros. Estaba de nuevo en ese sitio, Chaldea... Ni siquiera se dio cuenta que hablaba en voz alta en medio de aquélla visión. ¿Cómo podía Merlin soportar esas terribles imágenes? Odiaba que la bombardearan de la nada. —¡Ah, Rey de los Héroes!— Forzó una sonrisa, disimulada su preocupación en su porte real. —Yo... Bueno... Muchas veces ni siquiera son reales. Debo dejar de ver películas feas hasta tarde.
