—Se queda acurrucado contra él, moviendo la cola y mirando a sus niñas, acercándose a lamerlas para bañarlas.—

-lo suficiente para hacer doler el cuello del ciervo, tomo a sus pequeñas dejándolas a su lado recostadose a dormir para recuperar un poco la energía que perdió al luchar por liberarse de esa mini mordida -

—Luego de dejarle su aroma, se acurruca contra él, moviendo la colita ya que en ese mini tamaño tampoco puede hacerle mucho.—

-con la cabeza en el suelo solo observa de reojo a la sus niñas estando atento de que no se pongan en peligro mientras la madre tortura su cuello -

—Es chiquito pero no deja de ser un animal salvaje, cuando lo tiene a su merced, le suelta poco a poco para lamer la herida que le dejó y frotar su cabeza contra él, asegurándose de dejarle su aroma.—

-pequeño pero peligroso, cansado luego de luchar por varios minutos apoya sus patas temblando en el suelo recostadose con la cabeza baja ya dejándose morder por esa miniatura de maldad -

—Gruñendo, se mantiene aferrado a él con los dientes y las garras, erizando su pelaje.—

-termina por pararse en dos patas pasando de las delanteras a la las traseras tratando se hacer que el hurón suelte esa parte tan sensible de su cuello -

—Sigue buscando morder su nuca, encontrando la piel más suave y accesible para enterrar sus pequeños colmillos en ella, gruñiendo suave al marcar territorio.—

-se detiene alzando la cabeza atento moviendo sus orejas extremadamente lento al sentir l intruso en esa parte -