Escuchó los pasos que hacían sonar la madera, a lo que este simplemente se encogió en hombros para luego guardar el teléfono en sus pantalones. —El aroma es de Nicky, no sé que vino a espiar... ¿Será que aún cree que la quiero rapar?
La joven Nicole vio al Lobo caminar mientras hablaba por teléfono, escondiéndose con "maestría" tras el muro del pasillo asomando la cabeza un poco mirándolo sospechosamente, agudizo el oído y sorprenderse mucho, para cuando el Lobo se quiso dar la vuelta para verla de refilón, esta salió corriendo como si no hubiera un mañana.
