... cayendo de rodillas sobre el suelo, mientras la escena era teñida con un colorido rojo, que desparramaba de la piel hasta el suelo. La cabeza con una horrenda expresión era consumida por su sombra, mientras prontamente, la deidad solo inspiraba, alzando la mirada hasta los cielos, mientras su sombra consumía lo que quedaba de la sangre.

—Ahora eres libre de la carne mortal

—Entrega tu carne, dame tu alma. Y galoparas conmigo entre las tormentas

Felicidades, ahora eres parte de la caza salvaje —

No importando los gritos, no importando las súplicas, tomaría de su cabeza con firmeza. Enredó sus dedos entre sus cabellos, sin cuidado, sin delicadeza, no le importaba pues su carne mortal le era poco relevante.

Un tirón, la piel se rasgó como tela de la peor calidad, abriéndose hasta penetrar a los músculos, las vértebras del cuello empezaron a tronar cuál si de tratara de una simple rama.. y así, un tirón más, separó la cabeza del cuello, obligando al cuerpo a retorcerse como último reflejo de los nervios...

—¿Que ocurre con esa mirada? ¿Olvidas que me ofreciste tu sangre?—

....

—HAHAHAHAHA una sola herida no me es suficiente. Permíteme explicarte.

Eres ahora mi hijo, lo que significa, que tu alma me pertenece. Desde que pediste mi ayuda clamando a los cielos, tu destino fue sellado.

Hice lo que me rogaste, sin embargo, todo tiene un precio.

No, no quiero tu devoción, no quiero tus victorias, no quiero tus sacrificios.

No quiero que me reces, me repugna tu naturaleza humana. Es por eso que te volveré algo mejor que un simple mortal.—

—Tal y como rogaste hacia una de mis estatuas perdidas, te entregué mi fuerza para que te deshicieras de aquellos que odias.

Su carne ha sido hervida, sus huesos triturados. Sus ojos fueron un excelente alimento para los lobos, y sus vísceras la más grande forma de ofrendar para mi alma el gusto por la muerte.

Sin duda alguna, te has transformado en mi hijo

Sin embargo..."—