Ascended Human. God of destruction
About Me About Me NotesAbout Me
Un cuerpo moribundo, habia sido asaltado por varios contrincantes a la vez. Podia verse en la forma de sus heridas que se trataba de posiblemente alguna clase de venganza, pero, no solo era su propia sangre la que cubria con descaro su figura.
Alland, un caballero sin maestro, algunos lo catalogaban como alguna clase de descuidado. De el solo se sabia que un dia simplemente se enlisto en una cuadrilla, de la cual muy pocos sobrevivieron; un aventurero sin gremio, muchos lo han visto formar parte de distintos grupos, la mayoría destinados a la muerte.
De entre los que han trabajado con el, algunos cuentan que se trata de un superviviente, hijo de una familia desterrada de la nobleza, alguna vez con un futuro por delante, destruido por causa de la codicia de ciertos individuos que vieron en este y en los suyos peones sin funcionalidad.
Por mas que en su exterior encontrase alguna clase de desapego, la verdad es que tras toda esa falsa serenidad, se esconde un alma que guarda un rencor brutal. Uno que, no solo estaba fijado a una sola persona, una familia… es como si algo en el tuviese un genuino odio por los humanos, por su sistema; alguna clase de enemistad jurada al orden… que llamo la atención de los cielos mismos.
Fue asaltado por varios aventureros que guardaron rencores contra el, por robar sus logros según ellos, y otros por estar seguros que su mano era la ejecutora de aquellos que corrieron junto a el.
Dio batalla hasta el final, ni siquiera parecía haber alguna clase de flaqueo de su parte, pero… los números finalmente lo superaron, después de todo era un simple humano.
En el lecho de la muerte, cuando sentía como su alma empezaba a poco a poco perder conexión con su cuerpo, vio una figura. Una mujer de cabellos blancos y mirada sangrienta, quien sin algun atisbo de piedad, expreso desde sus labios un sonido que a penas fue capaz de escuchar.
“ ¿Quieres vivir? ¿Quieres vengarte?
Jurame lealtad, y te salvare. Unete a mi guardia, se mi titere, y tu historia no terminara en este lugar.”
Una inmensa oscuridad recorrio los interiores de su alma, no era algo del exterior, era una esencia caotica que siempre existio dentro de el, la cual ahora, luego de mucho estaba siendo liberada. Era la ira, era el rencor, era el deseo de venganza, era el desden fundido en su espíritu, contra el mundo, contra los humanos de los cuales detestaba formar parte, despreciando cada pútrido pedazo de su cuerpo.
"No
No quiero que me hagas revivir. No quiero sobrevivir.
No me ates de nuevo a la limitante de esta putrida carne humana, un cuerpo finito es cuánto menos inútil.
Estoy harto de la vida, enfermo de los reyes y los hombres. Si has de concederme algo, vuélveme un terror que no escape del corazón humano. Un horror constante que los hombres sueñen y hagan temblar hasta llorar.
No me vuelvas un monstruo. No me vuelvas un demonio.
Quiero ser una catástrofe con forma humana, que galope sobre este mundo reclamando sus almas
Hasta que se arrepienta de estar vivos."
Esas palabras dejaron a la deidad sin alguna clase de respuesta, sin embargo, una macabra sonrisa en sus labios se formo. Habia encontrado lo que necesitaba…
El cascaron del caos, un soldado perfecto… al cual sin siquiera ofrecerle algo mas, desde ese instante usaría. Otorgandole lo que posiblemente desprecie mas que la sola humanidad.
Le había dado divinidad.
Alland, un caballero sin maestro, algunos lo catalogaban como alguna clase de descuidado. De el solo se sabia que un dia simplemente se enlisto en una cuadrilla, de la cual muy pocos sobrevivieron; un aventurero sin gremio, muchos lo han visto formar parte de distintos grupos, la mayoría destinados a la muerte.
De entre los que han trabajado con el, algunos cuentan que se trata de un superviviente, hijo de una familia desterrada de la nobleza, alguna vez con un futuro por delante, destruido por causa de la codicia de ciertos individuos que vieron en este y en los suyos peones sin funcionalidad.
Por mas que en su exterior encontrase alguna clase de desapego, la verdad es que tras toda esa falsa serenidad, se esconde un alma que guarda un rencor brutal. Uno que, no solo estaba fijado a una sola persona, una familia… es como si algo en el tuviese un genuino odio por los humanos, por su sistema; alguna clase de enemistad jurada al orden… que llamo la atención de los cielos mismos.
Fue asaltado por varios aventureros que guardaron rencores contra el, por robar sus logros según ellos, y otros por estar seguros que su mano era la ejecutora de aquellos que corrieron junto a el.
Dio batalla hasta el final, ni siquiera parecía haber alguna clase de flaqueo de su parte, pero… los números finalmente lo superaron, después de todo era un simple humano.
En el lecho de la muerte, cuando sentía como su alma empezaba a poco a poco perder conexión con su cuerpo, vio una figura. Una mujer de cabellos blancos y mirada sangrienta, quien sin algun atisbo de piedad, expreso desde sus labios un sonido que a penas fue capaz de escuchar.
“ ¿Quieres vivir? ¿Quieres vengarte?
Jurame lealtad, y te salvare. Unete a mi guardia, se mi titere, y tu historia no terminara en este lugar.”
Una inmensa oscuridad recorrio los interiores de su alma, no era algo del exterior, era una esencia caotica que siempre existio dentro de el, la cual ahora, luego de mucho estaba siendo liberada. Era la ira, era el rencor, era el deseo de venganza, era el desden fundido en su espíritu, contra el mundo, contra los humanos de los cuales detestaba formar parte, despreciando cada pútrido pedazo de su cuerpo.
"No
No quiero que me hagas revivir. No quiero sobrevivir.
No me ates de nuevo a la limitante de esta putrida carne humana, un cuerpo finito es cuánto menos inútil.
Estoy harto de la vida, enfermo de los reyes y los hombres. Si has de concederme algo, vuélveme un terror que no escape del corazón humano. Un horror constante que los hombres sueñen y hagan temblar hasta llorar.
No me vuelvas un monstruo. No me vuelvas un demonio.
Quiero ser una catástrofe con forma humana, que galope sobre este mundo reclamando sus almas
Hasta que se arrepienta de estar vivos."
Esas palabras dejaron a la deidad sin alguna clase de respuesta, sin embargo, una macabra sonrisa en sus labios se formo. Habia encontrado lo que necesitaba…
El cascaron del caos, un soldado perfecto… al cual sin siquiera ofrecerle algo mas, desde ese instante usaría. Otorgandole lo que posiblemente desprecie mas que la sola humanidad.
Le había dado divinidad.