Muerde su labio mientras piensa, sus ojos verdes se mantienen sobre los ajenos. —Pizza y vino. ¿Te gusta?—. Era bastante más alto que ella le llegaba a la barbilla, si se pusiera de puntas apenas y lograría alcanzarlo. Pero tenía una sonrisa bastante encantadora y un sentido del humor que le gustaba.
—Había recuperado su postura para cuando Zylith comentó aquello a cambio de su petición.— De acuerdo, te llevaré a comer. ¿Qué se te antoja? —Le miraba desde su altura, manteniendo la tranquilidad y sonriendo amplio.—
—¿Una excepción?—. Esa manera de mirarla y parpadear claramente era un juego sucio por parte de su contrario, recurrir a esos gestos para convencerla. Ésta vez ese pequeño silencio fue roto debido a la risa de la rubia que escapó al escucharlo. —No, por tratar de comprarme y convencerme con esos ojos de cachorro. Aunque... Tal vez lo haga si me invitas a comer—. Arruga la nariz y es ella quien comienza a usar el mismo truco que él había usado hacía sólo unos segundos.
Haz una excepción conmigo. —Jugaba con ella, y por tal motivo parpadea constantemente para crear en ella una sensación de condolencia. Dejó aquel gesto al notar ese beso y hacer que lo atrapa para llevarlo en dirección a su corazón.— Quiero más.
—Si, te rechazo. No me gustan los envidiosos—. Le guiña un ojo mientras sus labios hacen el gesto de un beso, bebe con total calma del vaso esperando a ver su reacción.
