—Un nuevo día se asomaba para los seres vivos del mundo, el sol iluminaba con todo la tierra y el cielo, el cual se hallaba despejado casi en su totalidad, las nubes apenas se notaban en el cielo ni tampoco había señales de que fuera a llover, el día era perfecto, eso era lo que pensaba alguien al caminar por el parque de la cuidad en aquel día soleado , un chico de no mas de dieciocho años de edad, de una altura próxima a un metro con setenta y ocho centímetros ,de ojos de un color azul, un azul del mismo color del cielo despejado de aquel día , cabellos que parecían haber sido creados con hilos de plata pura y fina el cual se extendía en grandes mechones hasta llegar a su espalda, el vestía un pantalón de mezclilla color azul, un poco mas oscuro que el cielo y sus ojos, en este mantenía ocultas sus manos en los bolsillos de este, tenis de un color blanco originalmente, pero debido al uso, estos habían adquirido un color grisáceo pero que no parecía ensuciar ni denigrar la presentación de los tenis en la parte de arriba de su cuerpo se cubría de una camiseta de manga corta la cual le llegaba a sus codos de color blanco, esta a diferencia de sus tenis, se encontraba totalmente pulcra y no parecía tener ni un signo de suciedad presente en ella, y arriba de esta, un chaleco de color gris como la niebla lo complementaba cubriendo su espalda pero mantenía sus botones abiertos dejando ver su camisa blanca, pero en su cuello se encontraba un complemento adicional, una cadena de plata rodeaba su cuello y colgando de esta, una rosa hecha solamente de rubíes se mantenía unida a esta dejándola caer hasta la altura de su corazón, el mantenía la mirada observando el cielo con sus ojos celestes, una cálida sonrisa adornaba su rostro a la vez que aun observaba el cielo despejado, eso se debía a que aquello era un buen presagio, un presagio que marcaba el inicio de un nuevo día—
