[big]El susurro de tus pesadillas, la oscuridad que te dio esperanza, la que anunció tu muerte y te ha dado vida
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Siglos han transcurrido desde que las profundidades del infierno, salvaron a una hija pródiga de la oscuridad. Katrien había alertado a través de los sueños a una joven bruja de Irlanda. La discípula de Asmodeus, se había sentido atraída por el intelecto que aquella mujer mostró, su adecuado manejo de la magia y la relación que por largo tiempo llevaba con un íncubo. Había observado su andar , por largas noches, el descaro de Alice Kyteler era grande, y estaba por pagar el precio; en el pueblo las personas ya esparcían rumores.
¿Salvarla o dejarla pudrir en sus errores? ...~
Katrien se cuestionó, después de todo el inminente juicio contra Kyteler era solo su culpa, por alardear su poder. Fijó su atención entre los conspiradores, sangre de la sangre de la bruja, era el que más deseaba "justicia". Aquel clamor, pareció ante los ojos de la demonio, como uno cargado de hipocresía, falsedad y que sobretodo dejaría en sus filas un vacío difícil de llenar. Había decidido salvar a la joven irlandesa, en sus sueños presagió el futuro, en ellos le ofreció una salida, un pacto en el que sería capaz de salvarla, y preservarla por la eternidad.
[med]ACTUALIDAD[/med]
Siglos habían transcurrido desde aquel vínculo entre ambas mujeres, la seguidora del Nexus, había contemplado cada reencarnación de la bruja de Irlanda. En cada una, había sido devota en sus labores, hasta ahora. Después de una implacable búsqueda, por fin había encontrado la inigualable esencia de Kyteler, una hermosa joven de cabellos negros, de rostro dulce, distinta a todas sus anteriores vidas. Recordó el pasado, aquellas mujeres de cabello rojizo, de aspecto fuerte, de gestos fríos, imponentes; observó de nuevo y negó ¿Cómo podía ser esta la bruja? parecía un chiste, parecía que esa fémina desconocía lo que realmente era.
Tomó la decisión de averiguar, si había o no potencial en ella. El mejor acercamiento serían sus sueños, tal como desde hacía novecientos años se hacía. Apareció ante ella y la llamó por su nombre:
Alice, alice, cariño...¿Me recuerdas? he venido a despertarte...ahahaha anda abre tus ojos y mírame.
Se presentó en forma de demonio, aquella bella y estética figura que poseía, sus largos cabellos oscuros caían casi hasta su cintura, sus ojos ambarinos se posaron sobre la delicada figura de la joven, buscando captar su atención.
