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Fue así que las naves del ejército partieron del puerto hacia una nueva aventura peligrosa en la que podían ganar mucho o simplemente perder todo.

La tarde caía rápido y la ventisca fría sacude con frenética impaciencia las banderolas ubicadas sobre los puntos altos de las enormes murallas que protegen al reino, trayendo consigo en su haber millones de copos de nieve los cuales cubren el terreno con ese blanco y gélido manto.
Ya en el puerto y con el clima en su contra, tres naves con banderas de la legión 3 comandada por Aitor, se alistaban, cargando alimentos, medicamentos y armas para su viaje de rescate. En alta mar, la tormenta asediaba y el panorama no era nada agradable pero no podían retractarse ahora, sus aliados de seguro se encontraban extraviados en medio del caos intentando salir de las aguas agitadas, sin una ruta segura para volver a casa.
─ General! ¿Está todo listo?... debemos zarpar ahora!!... ─ exclamó Aitor a unos de sus generales encargados de preparar las naves, el cual le dió una respuesta positiva.

**Luego de aquel acuerdo la albina solo observó como el capitán se retiraba del gran salón, volvía de nuevo a sus asuntos administrativos y estratégicos para luego después de unos minutos salir a paso apresurado del lugar seguida por un séquito de guardias tras suyo. Sus pasos razonaban por los largos pasillos daba ordenes a cada soldados de ejecutarlas de forma inmediata, durante su trayecto copos de nieve fueron rodeando su cuerpo para así luego revelar un vestuario distinto no en su clásico vestido blanco con pigmentos sino en su traje militar de color azul y plateado**

Si puedo retener un poco la tormenta y la invasión con mi magia...tal vez pueda hacerles ganar tiempo a los navíos

─ Agradezco mucho su comprensión capitana...

Atendió el saludo de su superior, haciendo alarde de esa seguridad que precede el impacto de su mirada, mostrando también en respuesta ese característico gesto con su diestra.
Se despidió y agachando un poco su cabeza muestra su cordialidad ante la dama, antes de dar media vuelta y avanzar con paso tranquilo hasta la entrada, atravesando la pasarela que crea la legión de guardias a cada lado del salón.

─ Descansen soldados!!...

Exclamó a mitad del recorrido, de inmediato un estruendo fuerte al unisono se dejó escuchar, siendo el mismo el golpe de las lanzas descansando sobre el acabado de mármol; las puertas se abrieron esta vez para permitir el paso de Aitor, quién se dirige directamente al puerto fuera de las murallas, para preparar a sus hombres y los barcos antes de salir en busca de sus aliados.

**A pesar de todo, ella contemplaba aún los mapas buscando alguna otra posible vía alterna menos peligrosa pero no podían tampoco seguir perdiendo más tiempo. Sabía los riesgos, sabía bien que si no hacía nada esas cargas se perderían y sería un posible problema con los reinos unidos.**

Si no hay alguna otra vía alterna Capitan Aitor...procederemos a ir con la ya mencionada.

**Fijo su mirada en el capitan luego de escuchar su petición, se enderezó y dando aquel saludo militar asintió dando en aprobación el requerimiento de Aitor**

Permiso concedido Capitán...lleve a sus hombres en busca y guía de nuestras tripulaciones para que lleguen a su destino con seguridad, actue con cautela y que los Dioses los protejan.

... desde el puerto hasta encontrar nuestras naves en el mar del orco; escoltaremos esa carga a tierra firme.

─ ¿Entonces optará por enviarlos a esas aguas?...

Se calló por algunos segundos, intentando analizar aquella sugerencia, si bien era cierto, es una ruta compleja de navegar, pero los ayudaría a rodear la tempestad en mar abierto y los gigantescos oleajes.
─ ... Nunca he cuestionado su acertado sentido Capitana, pero no olvide que ese lugar no solo es peligroso para la navegación... también es el escondite de los Galos, debe entender a la perfección que aunque solo son un grupo de bárbaros, pueden representar un peligro si nos acercamos mucho a sus dominios.

Al parecer ambos entendían lo complejo de la situación, aún así, no podían demorar tanto en analizar los detalles, el invierno se acercaba y sus enemigos estaban al acecho, debían resolver estas cuestiones lo más pronto posible, para poder cerrar las entradas al Reino y así proteger a sus habitantes.
─ Pido su autorización mi señora, si vamos a navegar esas aguas, le ruego me permita guiar a mis hombres...

**Meditó por un momento las palabras del capitán, mirando fijamente el mapa que tenía siempre a la vista la cual marcaba las rutas principales y alternas de todos los barcos provenientes de otros lugares y los propios.**

¿Qué me dice las rutas alternas a esta? ¿Se podrá navegar por estas aguas aún con tormenta?

**Cuestionó luego de haber analizado el mapa como la información. señalando con su navaja una de las rutas alternas que tenían cerca de lo que se llamaba El Mar del Orco, una ruta algo complicada de transitar y sabía bien que eso costaría más tiempo de llegada. Pero de alguna u otra forma debería de buscar la manera de que tanto los productos exportados como aquellos objetos mágicos deberán llegar a su destino intactos**

─ Al parecer nuestros barcos han sucumbido ante la tormenta, el mar nórdico nunca ha sido fácil, pero en esta ocasión el mal clima parece haberse extendido hasta nuestras costas...
Se calculaba su llegada a puerto para hace dos días y nuestros exploradores parecen no tener noticias alentadoras... sé que no es momento para pensar en esto, pero... ¿Qué haremos si esa carga se extravía? A los reyes no les va a agradar la noticia... los tesoros de occidente, incluyen objetos mágicos confiados a nuestro reino por el emperador para evitar que caigan en manos equivocadas...

Desvío la mirada a uno de los pergaminos extendidos sobre la amplia mesa, notando las fichas cuidadosamente ordenadas, ella en verdad era una gran estratega, podía comandar todos los sectores del Reino con suma facilidad, sin embargo solo era cuestión de tiempo para que la guerra que empezaba en occidente se extiendera hasta sus tierras.

**El cambio de clima y temporada estaba casi a la vuelta de la esquina, la población se preparaba para recibir este año un invierno bastante gélido y de muy bajas temperaturas; algo que no se veía en años. Alice Edelweiss, lidereza de las tropas del reino constantemente supervisaba todo movimiento y reporte que le entregaban los demás capitanes y esa vez no era la excepción.**

Necesito que envíen una tropa a esta zona, tengo reportes de algunos bandalos haciendo de las suyas...

*Decía cuando en ese momento escuchó como las puertas del gran salón del comité se abrían dando paso al Capitán Aitor quien sin esperar presentación y/o permiso para su ingreso lo tenía ya frente a ella. Lo único que lo separaba de su persona era aquella larga mesa de madera fina cubierta de papeles, mapas y demás instrumentos de planeación**

¿Qué ha dicho Capitán? ¿Cuál es el motivo o razón para que los barcos hayan sido detenidos?