26-30, F
Alegre y comelona!
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brabbitalice · F
**Obscuridad penetrante en el lugar, recuerdos no descifrados, lamentos que por costumbre ya no eran temerosos, aquella chica prometió no volver a flaquear, ciertamente no lo haría…era necesario para su supervivencia. Todas las tardes optaba por reposar su cuerpo en uno de los pilares destruidos del lugar, sola, ni si quiera el brillo puro de la luna le podía acompañar, lo extrañaba…no, ¿cómo podría extrañarlo si nunca ha estado acompañada de él? Simplemente risas neuróticas, voces en su cabeza que, no decían nada, murmuraban, murmuraban, ¿tal vez una ilusión? Toda su vida las había escuchado, así que, eran sus amigas, reales para ella, prefería pensar ello a darse cuenta de que realmente estaba sola.**
-Risas humanas, cariños, placeres, ¿qué se siente ser amada?
**Reboto su diestra contra la pared a la par en que soltó una gélida risa.**
-Esto es un asco, tengo que encontrar la manera de salir de este asqueroso lugar, tal vez…Uhm, no, es mejor esperar.
**Acostumbrada al silencio, rellenaba esos huecos hablando consigo misma, vigilada siempre por aquellos demonios que no le dejarían escapar, neblina adornada de dolor, si, un lugar nunca antes visto, imaginado por todos aquellos que le temen a la muerte, ¿el Infierno quizás? Era incierto, más solo una cosa podría asegurarse, la vida eterna en ese lugar era un hecho, la única manera de abandonarlo era…sufriendo, dejándose devorar por las cadenas ingratas que poseían las almas de los desdichados visitantes.**
-Un contratista…
**La risa siniestra de la joven se expandió con facilidad por los alrededores, solo eso se escuchaba, los demás habitantes se encontraban refugiados, esperando el momento preciso para atacar, atacar antes de que el Gran B-Rabbit lo hiciera, sangre, gritos, ira…un mundo lleno de rencor, posiblemente regido por quien es llamado “El Rey del Inframundo”. Preguntas, cientos de preguntas invadían la cabeza de la chica, nadie la contestaba…nadie podía responder, a pesar de estar acostumbrada a la soledad, jamás se resignó a vivir en la misma, esperanzada por salir de ahí, ella esperaba paciente…Sombras, penumbras, solo eso…**
-Risas humanas, cariños, placeres, ¿qué se siente ser amada?
**Reboto su diestra contra la pared a la par en que soltó una gélida risa.**
-Esto es un asco, tengo que encontrar la manera de salir de este asqueroso lugar, tal vez…Uhm, no, es mejor esperar.
**Acostumbrada al silencio, rellenaba esos huecos hablando consigo misma, vigilada siempre por aquellos demonios que no le dejarían escapar, neblina adornada de dolor, si, un lugar nunca antes visto, imaginado por todos aquellos que le temen a la muerte, ¿el Infierno quizás? Era incierto, más solo una cosa podría asegurarse, la vida eterna en ese lugar era un hecho, la única manera de abandonarlo era…sufriendo, dejándose devorar por las cadenas ingratas que poseían las almas de los desdichados visitantes.**
-Un contratista…
**La risa siniestra de la joven se expandió con facilidad por los alrededores, solo eso se escuchaba, los demás habitantes se encontraban refugiados, esperando el momento preciso para atacar, atacar antes de que el Gran B-Rabbit lo hiciera, sangre, gritos, ira…un mundo lleno de rencor, posiblemente regido por quien es llamado “El Rey del Inframundo”. Preguntas, cientos de preguntas invadían la cabeza de la chica, nadie la contestaba…nadie podía responder, a pesar de estar acostumbrada a la soledad, jamás se resignó a vivir en la misma, esperanzada por salir de ahí, ella esperaba paciente…Sombras, penumbras, solo eso…**