— El Dios de lo vistoso

Ella estaba algo triste para ser sincera, no se sentía parte de nada, más estando sin familia y con pocos amigos. Al sentir que le estiraba las mejillas ella se encoge usando su habilidad, terminando con la estatura y cuerpo de una niña de 6 años, hasta su voz era más aguda e infantil.

— Eso dolió

— Tu no me causas seguridad, vas a morir en algún punto, parece que más temprano que tarde

La voz dulzona de Aly hacía un raro contraste con esas palabras tan tristes, cerraba sus ojos con mucha pesadez.

— Intento tomar a veces vidas ajenas, quiero sentirme mejor... Pero nunca funciona, quizás es mala suerte, quizás no soy tan agradable, todos me abandonan, no importa el rostro que tenga