Un maldito tiro fallido. Eso fue suficiente para tener que perseguir al maldito soplón por dos horas. La noche en la ciudad podía ser dificil, pero sabía guardar secretos.
Tuvo que hacerlo a la vieja escuela, rompiendose los nudillos a puño limpio... Pero ya estaba hecho. Se arrodillo frente al cadaver con el rostro irreconocible. Y qué mejor manera de recuperar el aliento que fumar un poco de tabaco. Lo sé... La ironía era demasiada. Al menos había sido un error sin testigos... ¿Verdad?
Su reacción le pareció un poco extraña. Pero no lo suficiente como para que le causara molestia. Al final sacudió la cabeza como aquel que trata de sacarse algo de la mente, quizá fue algo que vio medio consciente en la calle o una tontería cualquiera. Después de todo, Alexei sabía de primera mano la cantidad de cosas raras que se experimentan al borde de la muerte.
— Sabes...Quizá no sea necesario que no nos veamos más. Algunas veces necesito una distracción cuando hago mi trabajo. Tengo una colega que es muy buena causando distracciones. Pero hay veces que el encanto femenino no es lo que se necesita... Solo lo dejo en la mesa... — Soltó un pequeño suspiro mientras echaba un vistazo más a detalle del lugar, aunque realmente estaba evitando cruzar mirada con el joven. — ...Por si te llama la atención.
