─ Entonces, vayamos donde usted desee.─ sonrió cerrando los párpados mientras su flequillo caía sobre su rostro.─ Fuu...─ resopló removiendo con el aire el cabello de su rostro. Hacía un día maravilloso, el sol en su máximo esplendor, pero el calor era agradable. Alrededor una enorme multitud avanzaba de un lado a otro, hablando, gritando, corriendo, caminando y entre tantas cosas el hombre no podía apartar la mirada de la encantadora joven.