Quizás ella no lo notaba, pero su personalidad tan suelta y amigable podría dar a pensar a los hombres que ella siente especial interés en alguno; algo que le hizo gracia a Alexander.
— Claro — respondió acertivo ante la petición de guardar silencio. Esperó en la puerta hasta que la chica le dió permiso de entrar.
Era una bella cabaña con muebles rústicos y bien acolchonados. El hombre caminó lo suficiente para tomar asiento en un sillón doble esperando por la mujer.

¿Yo coqueta? Para nada, no soy buena en algo así..
*rie un poco y se acercan a la puerta principal de aquella casa*
Por favor, quédate en silencio ¿si?
*al abrir la puerta, entra primera luego deja que pasa el hombre*
Toma asiento ¿si? Tengo que ver algo, espérame aquí por favor.

— Es usted una chica muy coqueta, ¿será que se debe a su profesión? — resaltó el hecho, pues creía que se debía a ello, por lo general las mujeres no eran tan confiadas, al menos no la mayoría que había conocido.

*la chica se pone a reír por aquella broma*
Jaja, esto fue bueno... hace mucho tiempo que no reí tan bien.
*al entrar en el bosque, en el medio de este se puede notar una casa y detrás de esa casa se puede ver una cascada de agua limpia *
Si te podría secuestrar, lo haría solo para mantenerte a mi lado.

─ No hay ningún problema, mientras no piense en secuestrarme y vender mis órganos, todo está bien ─ pronuncióa aquella expresión entre risas ahogadas, pues era un mal chiste, pero le hacía gracia; por supuesto que se habían alejado lo suficiente de la ciudad, pero era un lugar encantador, lleno de árboles, flores y un aroma a frescura sin igual.

*comienza a caminar hacia el bosque*
Gracias.
*mientras siguen caminando comienzan a acercar hacia el bosque*
Vivo en el bosque en una pequeña casa, espero que no te molesta porque te llevo allí.
*sin detener sus pasos, gira su mirada hacia al chico, quería ver otra y otra vez aquella cara atractiva del hombre*

@Jun Ling:
─ Oh, claro, pierda cuidado, le sigo ─ para él no era raro el hablar con mujeres, debido a su apariencia siempre ha tenido la atención femenina, por esa razón podía hablar tan suelto con aquella bella mujer.
Se dispuso a seguirle, si era necesario podían pedir un taxi, ya había cambiado los dólares a la moneda local, estaba preparado para sobrevivir en tan hermosa ciudad.

*al verle que no aparta su vista de sobre ella, se sonroja un poco y se pone algo nerviosa*
Uh, bueno... son muchos lugares hermosos por aquí, pero ahora creo que voy a tener que llevarte a mi casa, tengo que hacer algo importante, luego prometo a llevarte ¿si?

─ Entonces, vayamos donde usted desee.─ sonrió cerrando los párpados mientras su flequillo caía sobre su rostro.─ Fuu...─ resopló removiendo con el aire el cabello de su rostro.
Hacía un día maravilloso, el sol en su máximo esplendor, pero el calor era agradable. Alrededor una enorme multitud avanzaba de un lado a otro, hablando, gritando, corriendo, caminando y entre tantas cosas el hombre no podía apartar la mirada de la encantadora joven.

*por algún razón la chica se pone Rojita en sus mejillas y siente como están quemando, no entiende por qué *
Gracias por el cumplido, joven Alexander.
*la chica se siente bastante importante a tener una tarea tan importante*
¿Guiarte? Uhm, claro. Me encantaría.
*la chica no sabe por que acepto la invitación porque tiene muchas cosas de hacer, pero algo la hice a olvidar todo por un momento*