—Pff...Estaba cansada de soñar con tus labios creyendo que no los volvería a besar ...

A modo de confesión le habló cerca de su rostro, sonriendo suave para después corresponder con anhelo a esos besos.

La mira y solo sonríe, se levanta para sentarse está vez a su lado y así abrazarla, la apretaba fuerte y suave a la vez.

— No quiero estar sin ti tampoco.

Deja varios besos a su mejilla buscando sus labios hasta dar besos cortos, esos besos se fueron prolongando más y fueron cambiando de intención en base a la forma en que Eyra los correspondía.

— Soy adicta a tus besos ¿Cómo alejarme de ellos? ~

Eleva ambas manos a la altura de su rostro y niega, enrojece más por esas conclusiones que Alex dedujo.

— Me enojé porque no entendía para qué me enviabas esa imagen de la ardilla si no querías hablarme. ¡Venia a decirte que madures y me hables de frente! Pero...no salió como imaginé porque me llamaste y...

Dejó caer sus manos en la mesa, derrotada al suspirar con una mirada más cálida y gentil hacia ella.

— Me cuesta no estar contigo, por eso vine.

— Viste mi mensaje y... ¿Te enojaste?

Empezó a reír por lo bajo, aquello era contradictorio, pero Alex reía porque le parecía muy tierna su novia.

— Eyra ... Se supone que si estás enojada no debiste verme... Tu amor es más fuerte que el enojo, ya me fijé ~

Sonríe dulce y enternecida, estaba feliz de verla allí con ella.

— Eres un encanto Ey Ey ~

Atrapó feliz el trozo y comió bajando luego la mirada a sus propias manos, que jugaban la una con la otra por la pena de recordar.

— Salí temprano porque leí tu mensaje, me enfadé y quise verte.

Vuelve a mirarla con una sonrisa leve pero allí estaba, más tranquila.

— Deje de estar enojada cuando te vi.

— Le pedí al jefe unos días de descanso, me los dio. Por eso ando en casa.

Sonríe suave picando un pedazo para dárselo en los labios a Eyra. Sin embargo quedó con la duda ahora ella ¿Que hacía Eyra en su casa?.

— ¿Tu no estabas en la veterinaria?

Por supuesto que le gustaba. Tenia la boca llena y masticaba de labios cerrados, saboreando aquel dulce manjar.
Seguía sintiendo calor en las mejillas, porque Alex no dejaba de mirarla de esa forma.
Traga y esboza una pequeña sonrisa a ella.

— Me gusta, tu sabes que me gusta. Gracias...

La castaña piensa un momento al ver a Alex allí.

— ¿Qué haces aqui? Es miércoles...¿o martes? No lo sé pero no es tu día de descanso. ¿Estás enferma?

Le había dado jugo y dulces para que la joven se repusiera de toda esa caminata. Alex tenía sus codos encima de la mesa mirando a su chica, tenía su mirada atenta a ella. Sus cachetes estaban apretados por sus propias manos observando a la contraria.

— ¿Te gusta? Lo compre en una pastelería... Que te gusta...

Eyra se sonroja al ser abrazada y también lo hace. Por las palabras de Alex se sentía mejor, ¿entonces no habían terminado? Prefirió no mencionar nada.

Eleva su rostro todavía sin soltarla y asiente con una sonrisa amable en los labios.

— Me gustaría descansar un momento contigo, si...

— Acepto las tuyas Eyra... No quiero estar separada de ti...

Su mirada se posa en la ajena por segundos, en ese momento íntimo de ambas se acerca y la abraza aprisionando su cuerpo con el contrario.

— ¿Soy tu relación seria? Que dices... Tu también eres mi relación seria Eyra...

Busca mirarle con cierta sonrisita pícara buscando ese calor en el abrazo que le daba.

— Uh... ¿Quieres más agua? Podemos pasar a mi casa, así te tomas un descanso