— Así es. Y nosotras siempre estaremos a tu lado...

Como ella deseaba, una de sus manos le dejaba caricias a su cabellera oscura mientras la contraria le rodeaba en un abrazo contra su pecho.

— Descansa...

— Tu eres mi familia Eyra... Tu y la bebé

Sonríe suave besando nuevamente los labios de ella.

— Te amo... Gracias por ser tan fuerte mi amor... Eres muy fuerte

Se acurruca en el cuello de su esposa tranquilizandose más, buscaba tomar su mano para que acaricie sus cabellos.

No iba a permitir que dijera algo así. Tomó sus mejillas atrayendole el rostro para poder mirarse mutuamente.

— No. Alex, no es culpa tuya sino de quienes te hacen daño. Eres la víctima de la situación, no la culpable ...

Los labios de Eyra alcanzan a dejar un amoroso beso en la frente de la azabache. La amaba como a nadie, y aunque las cosas no resultaran como había soñado, siempre le amaría.

— Vas a estar bien. Tu familia está contigo.

— Perdón... Me siento muy... Susceptible...

Dice suspirando elevando su rostro al de su esposa, se quedó en silencio mirandole hasta acercarse y dejar un beso suave a los labios de ella.

— Pienso que todo esto es mi culpa... Ser detective es mi culpa...

Bajo suave su mirada desviandola del rostro de su esposa.

Mientras apretaba los labios, se le iba formando una mueca melancolica. Suavemente la abraza dejándola descansar en el espacio de su pecho.

— Te amo Alex...

Asíntio despacio acomodándose para recostar su rostro en el pecho de ella.

— Te amo Eyra...

Acaricio la cintura ajena cerrando sus ojos reconfortandose en el pecho ajeno.

— . . .

Ya no estaba segura, el hueco en su pecho pareció agrandarse. Simplemente asiente conteniendo las palabras.

— Creo que eso te será de mucha ayuda, Alex.

Niega tomándole el rostro.

— Solo fue una idea porque estoy muy triste Eyra... Hablé con mi madre... Entendí que no es la solución...

Le toma nuevamente de las manos besándole su dorso.

— Me dijo que fuera a tratamiento... ¿Crees que eso me ayude?... Lo haré por nuestra familia Eyra

Alza su mirada a ella volviendo acariciar su mejilla.

— No te voy a dejar con todo este peso...

Los sentimientos de Eyra estaban bien guardados bajo llave, el único problema es que su cofre de emociones se volvió cristal. Estaba fragil.
Sintió un dolor punzante en el pecho cuando Alex habló.

— Si no quieres...¿por qué lo dices, como si fuera una posibilidad?

Bajó la mirada. Tardó interminables segundos en volver a hablar, sonriendo leve.

— Entiendo. Seguro necesitas tu espacio para sentirte mejor, está bien Alex.

— ¿Estás feliz conmigo aún así?...

Le toma de las manos mirandole, su expresión era vacía, sin embargo estaba suplicante al mirar a su esposa.

— Es un muy mal momento...

La llevo al sofá para sentarse con ella y mirarle.

— Pensé en qué... Si no estaba funcionando separarnos... Pero la verdad es que no quiero... Solo que de verdad siento que te estoy haciendo sentir miserable...

Seguía en ese estado sensible, sus ojos de cristalizaban.

— Te amo... Solo que me siento bastante mal...