— Así no era, tramposa

Ríe alto divertida con su esposa, extiende su mano a ella entrelazando sus dedos.

— Te amo... Mi café linda ~ .

Se acerca dando un beso a sus labios llenos de un poco de ese sabor chocolatoso.

— ...

La veía sonreír y su pecho se cargaba de amor. Tanto que sentía por ella y nunca sabía decírselo. Recordar ese día también le dibuja una sonrisa mas suave y cariñosa.

— Tu eres mas bonita.

Dice saliendose del libreto, riendo al ruborizarse.

La idea le había hecho feliz, Alex imagino que su pastel de chocolate estaba al frente, mira a Eyra y le sonríe.

— ¿Es tuyo? Es bastante bonito

Musita con una notable y gran sonrisa, en su cabeza lo pensaba, amaba ese día y ese recuerdo, volverlo hacer era para Alex volverla a conquistar.

Eyra miraba su chocolate humeante hasta oírle, alzando la mirada. La detallaba en silencio, luego echó un vistazo a la cafetería. Sonríe.

— Hagamos algo, Alex.

Se levanta con la taza en la mano, se sienta en frente de ella.

— Vamos a recrear ese día. No te conozco y estoy cuidando al odioso...

Miró por la ventana. Justo como cuando se conocieron, solo que afuera no había ningún perro.

Estaban sentadas tomando ambas un chocolate.

— Oye... Este lugar me recuerda a la primera vez que nos conocimos

Bebía su chocolate sonriente, era muy feliz con su amor.

— Siempre.~

Tentada también por el lugar cálido y la promesa de un chocolate, besa rápido sus labios guiándola luego de la mano hacia ese lugar.

— Es una clara excusa para que me abraces

Deja una mordida a su mejilla, sentía la nariz helada por su rostro expuesto a la nieve.

— ¿Quieres ir por un chocolate?

Señala un café donde olía ese aroma dulce de chocolate caliente, habían personas dentro y se veía acogedor por la madera y la luz amarilla dentro.

— ¡Alex! Con esa fuerza tuya voy a quebrarme y nunca lo notaré.

Acompañando la broma afirmaba sus botas en la nieve, abrazándola.
Deja un beso a su cuello cuando el abrazo se hace más apretado y cariñoso.

— ¿Mucho frío? Podemos regresar.

Niega y sonríe, estaba muy feliz, la nieve, y su luna de miel con su amor y ahora esposa era simplemente perfecto.

— No lo sé... Solo me concentro en aprender la actividad, el movimiento y... Lo hago sin miedo alguno, creo que solo es más concentración y agarrarle el ritmo

Entrelaza sus dedos con sus guantes a los de su esposa.

— Hace frío! Abrazame Eyra!

La abraza fuerte casi tumbandola en la nieve, se sentia muy feliz.

Para la luna de miel, Eyra había insistido en un lugar nevado. Anhelaba desde hace mucho un paisaje así, con el césped cubierto de blanco y los árboles vestidos por la escarcha del frío.

Esa acogedora cabaña cerca de la pista para esquiar había sido una buena opción, pensaba ella mientras caminaba por el sendero de la mano con su ahora esposa.

— Eres buena esquiando, ¿es de familia?