— Bob, disculpa, si quieres yo me encargo - Hola detective Black, por supuesto
— Hola, soy la detective Black, puedes pasar a mi oficina tomaré tu caso.
Comenta amable extendiendo su mano a la mano de la joven para entonces dar inicio por el pasillo hasta la oficina de la mujer. Al entrar cerró la puerta e hizo que la joven se sentará en frente de ella.
— Bien ¿Me puedes indicar tu nombre y apellido? Zona donde vives, número de contacto y cuál es el motivo de tu denuncia.
Tomo un lapicero elegante el cual llevaba en letras doradas el "Black". La joven iba anotando amable lo que la chica le indicaría, anotaba en un archivo que empezo abrir para la dama.
Un pequeño tic en su ojo azulado fue señal de su estado nervioso. Amali apoya sus manos entrelazadas sobre la madera del escritorio y suspira profundamente.
— Es lo que dije. Quiero de-nun-ciar una desaparición. ¿Cómo se hace? ¿Qué debo hacer?
Miró hacia atrás, nadie la había seguido. La chica parecía apurada, era de esperarse.
— Ella lleva dos días desaparecida... Y no, no escapó. Seguramente se la llevaron, porque es pequeña y fácil de cargar.
Alex salía en ese momento a llenar su termo de agua, el agua estaba al lado de su compañero encargado de la recepción, al parecer le comentaba lo típico, que debía hacer una denuncia. Aunque Alex a penas llegaba escuchaba la desesperación de la joven. Solo se quedó escuchando atenta el caso mientras llenaba el termo.
- Tienes que primero poner una denuncia... Luego de eso el caso pasará a nosotros y ahí nos encargaremos...
El hombre mayor con bigotes gruesos y voz gruesa le hablaba con calma a la jovencita.
Se presenta la joven Amali en la estación de policía. Tenía un suéter con capucha que le daba un aspecto inocente y jovial, ocultando los signos de su naturaleza felina.
Parada frente a la recepción policial miró muy seriamente al hombre tras el escritorio.
— Necesito denunciar una desaparición. Es urgente, porque corre riesgo la vida de mi amiga.
