"La primera vez que derramó sangre será la que menos olvidará.
Aquellas plegarias buscando misericordia ahogadas en alaridos de dolor.
Su grupo de matones burlándose entre las palizas. Disfrutaban de hacer sufrir a sus víctimas.
Él lo vió todo, hasta lo que provocaban ganas de vomitar. Él presenció todo, forzándose así a aceptar esa realidad.
La prueba de lealtad, adjudicando que también debía participar. Cuando el cuchillo se le entregó un pequeño y asustado Alessandro lo sujetaba. Incapaz de retroceder, la mirada de todos encima suyo lo hicieron alzar el arma y sangre salpicó sobre su rostro. Un corte profundo al cuello que acabó con un sucio drogadicto que nadie podría lamentar."