— Yo estar asustada que va, seria darte mucho crédito solo me tomo por sorpresa tu nuevo recipiente.— Ahora se había convertido en un gato de Chechire ante sus ojos y claro que le daba grima, pero no lo mencionaría, guardando silencio afinco su ojos en los contrarios tomando repentinamente sus rostro entre sus delicadas y pequeñas manos. — Me pregunto si a mi zorro se le pueden salir los ojos.—

—Hehe, ¿Asustada? Fue más fácil de lo que pensé, entonces.

Se levantó, estirando un poco el cuerpo hasta que tronara la espalda, esa satisfacción lo hizo sentir más aliviado. Luego se encorva un poco y al quedar a la altura de la menor sonríe tan ancho que parece ser que sus comisuras llegarán hasta las orejas.

—¿Todo en orden, Algodón de Azúcar?

𝑬ncogio sus hombros un momento restableciendo el contacto visual. — Si tu idea es perturbar a los niños, si, lo lograste.— Menciona esperando a ver si en algún momento se le salen los globos oculares y se le quedan guindando en el rostro.

—Eso significa que esta nueva cara funciona bien. —Dijo, sonriendo más. Y sus enormes ojos se quedaron viendo hacia la menor.

—...Creo que he visto muchas caricaturas por hoy.— Frotaba sus ojos un poco fuerte, aunque siente bastante curiosidad.