No dijo nada en contra, al contrario, se le vió a gusto, volteando así su rostro a ella y mordiendo una de sus mejillas de la misma manera que ella lo hizo con él.

—Hay sueños que duelen. Una vez me rompí las piernas en uno.

—No estás alucinando. —Se inclina un poco, un tanto indiscreta, y le muerde el lóbulo de su oreja, no tan fuerte como para lastimarlo, pero si para que lo sintiera. —Si fuera así, no te dolería.

—Sólo un rato más —murmuraba con los ojos cerrados, no lo iba a admitir, pero le causaba tranquilidad su presencia—, porque sí estoy imaginando alucinando, que dure un poco más.

Se mantuvo estática todo el rato, dando solo un pequeño suspiro cuando sintió su cabeza.

—Si estás cansado, podemos irnos ya. —Susurró, con un nudo en la garganta. Le dolía un poco el pecho por los sentimientos encontrados que tenía.

—¿Te he dicho lo linda que te ves en silencio? —Recargó su cabeza sobre los hombros de la doctora. Estaba cansado, y se le notaba al bostezar.

—Es raro...

La idea le pareció un poco triste, pero no dijo nada. Se limitó a bajar la vista un poco y solo pasar tiempo con él, en silencio.

—Bleh, ¿Y quedarme en un callejón? Iré contigo.

La tomó de la mano, entrelazando sus dedos. No la vió directamente, su atención estaba en el frente, mientras jugaba con uno de los dedos de la rubia.

—Es algo demasiado formal para mí. Ocuparé una habitación propia para irme cuando esté molesto contigo.

—¿Novios? ¿De quién hablas? —Tomó su otra mano, solo para revisarla un poco. —No tengo a nadie tan cerca como a ti, me temo. Al menos no he dejado que nadie se acerque tanto.

Ajustó un poco su mano, y sonrió un poco dolida.

—Pero si es que en realidad no quieres, solo dime qué no. Sabes que lo entiendo.

—¿Irme contigo a vivir? No lo sé. Seguramente les causaré incomodidad a tus novios.

Negó divertido, tomándose con la mano su mejilla.

—Apuesto que estarían tan celosos que me irían a patear el culo.

—Bueno... Puedes acompañarme si quieres. Así no estarás solo. —Le mira de reojo, levemente ruborizada. —Nos veríamos desde el despertar hasta la inconsciencia.