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—Veo que despertaste.
Su voz, anunciándose desde un rincón de la habitación, la luz no daba hasta allí, dando paso a una cortina de oscuridad que ocultaba su presencia. Entre las sombras el fuego de un encendedor prendió un cigarro. Seguido de una nube de humo que se atrevía a cruzar hacia la luz y perderse entre la pequeña sala. No fue tan tonto como para no reparar en que aquella "Niña" era anormal. Justo como Alex, justo como Scar.
Alessandro entonces se levantó de su asiento, dejándose ver. El rostro cansado, ojeras marcadas y la camisa manga larga que antes en un blanco inmaculado ahora manchada de la tierra, alcohol y sangre.
—Pensé que podíamos jugar, Ale, Ale, ha pasado un tiempo desde que nos juntamos... Bienvenida a mi hogar.
Su voz, anunciándose desde un rincón de la habitación, la luz no daba hasta allí, dando paso a una cortina de oscuridad que ocultaba su presencia. Entre las sombras el fuego de un encendedor prendió un cigarro. Seguido de una nube de humo que se atrevía a cruzar hacia la luz y perderse entre la pequeña sala. No fue tan tonto como para no reparar en que aquella "Niña" era anormal. Justo como Alex, justo como Scar.
Alessandro entonces se levantó de su asiento, dejándose ver. El rostro cansado, ojeras marcadas y la camisa manga larga que antes en un blanco inmaculado ahora manchada de la tierra, alcohol y sangre.
—Pensé que podíamos jugar, Ale, Ale, ha pasado un tiempo desde que nos juntamos... Bienvenida a mi hogar.
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