Shh no importa. -Daba saltitos de conejo pues estaba feliz.-

La dejo elegir una camisa, sonriendo al verla tan emocionada por algo como que el le diera una camisa. — Te va quedar como una bata para dormir.

-Cuando estaban en la habitación de su hermano fue a buscar la camisa que usaba más y esa se dejo.-

Bien entonces te dare una de mis camisas puedes ir a mi armario, la que mas te guste es tuya. —La llevo a su habitación para que la eligiera.—

¡Si! -Chilla de felicidad amaba las camisas grandes porque son cómodas para dormir y sobre todo huelen a las personas que aman.-

Posiblemente te de una de mis camisas. — No sabe porque a las mujeres le gusta eso pero se la daría.—

No se todo lo que quieras darme (?

¿Como que no? a ver, te dejo tomas mi guitarra, los peluches, las donas glaseadas ¿Que mas?

No es cierto. -Se aferra a sus brazos dandole un beso sonoro en la mejilla.-

Diría que te mal consiento. — La toma con cuidado entre sus brazos. —