Cómo le gustaba tomarla desprevenida, era cómo un súper poder de Julia. Con sorpresa en su rostro fue liderada por la hermosa mujer.

— ¿Qué sucede?, ¿A dónde me llevas? Julia ...— pedía explicaciones con voz temblorosas.

─ Es aburrido usar siempre la misma ropa, así que quería cambiar un poco mis atributos mágicos con esta nueva ropa pero... ─ se mira a sí misma un poco ─ Supongo que tienes razón: esto es injusto ─ le toma de la mano y aviva el paso fuera del gremio

─ Siempre luces bien, así cómo lo dices. Solo que hoy... bueno, estás mostrando mucho y los chicos están babeando... me da celos ─ soltó sin más. No tenía la educación y modales suficientes para acallar lo que pensaba.

— ...¿Hoy? ¿Es decir que no siempre luzco linda, radiante, hermosa y fogosa? — de nuevo con sus comparaciones al fuego, Julia pasaba de las miradas de todos mientras hablaba con su acompañante — Supongo que es porque el sombrero es más pequeño...

─ Luces linda... hoy ─ no supo qué más decir al momento. La hechicera se había puesto un nuevo traje, uno que posiblemente revelaba de más su anatomía tan particular; la misma que hacía a los hombres del gremio voltear a verla.

— Si quieres decir algo, Aldy, solo tienes que decirlo... soy bruja pero no leo la mente — comentó mientras caminaba y ya se había dado cuenta de que su compañera estaba mirando para todos lados con tal de no verle a ella