-Su boca se desliza por todo el largo de su tronco, su lengua se enreda en su falo ardiente y lo cubre de saliva, dejando que en todo el lugar se pueda escuchar los sonidos de tan grata felación-

-al sentir de inmediato la calidez de su lengua recorrer su falo, el hombre cierra sus ojos disfrutando de la alimentación de su amada, se apoya en ella dejando una mano sobre su cabeza sintiendo la suavidad de su cabellera azabache-

-Sentada en la orilla de la cama le quita su pantalón y boxer con ayuda propia del varón para dejar a la vista su falo, cual comienza a lamer paseando su lengua por su tronco-

-ya en la cama el le toma sus manos y con la sonrisa pícara le ayuda a quitarse el cinturón así como el pantalón que llevaba puesto, coloca sus manos en su bóxer y mirándola le pregunta-

Lista para cenar querida?

¡Oh no! No queremos que se enfríe ¿cierto?

-Guiña el ojo y le sonríe pícara, su mano sigue esparciendo caricias en su entrepierna y le sujeta la mano para dejarse guiar-

-cuando su mano de la ese ligero pero notorio apretón en su erección una sonrisa se dibuja en su rostro, estaba dispuesta a complacerla en todo momento, no importaba ninguna otra cosa mas que ella, con su mano le ayuda a guiar su movimiento para que su imaginación le revele la extensión y forma que tendría su platillo principal-

Ven querida, este es por mucho el mejor platillo de la casa...no demores mucho o se enfriará

-le guiña un ojo y sin soltar su mano la guía hasta la cama-

-Palpa su entrepierna denotando su erección, en un discreto acto inca uno de sus colmillos en su propio labio inferior, coquetamente imaginando la figura de lo que sus manos palpan -

Y casualmente muero de hambre y parece que un apetitoso platillo está por servirse en mi mesa(?

-le da media vuelta para mirarla de frente cuando termina de escuchar su pregunta notando ese color dorado en sus ojos, tomando su diestra la coloca en su entrepierna para que ella pudiera sentir lo duro y lleno que el estaba en ese momento-

No es obvio querida...se que a una succubus hay que alimentarla con sangre o en su defecto, semen, que viene después de un delicioso y placentero acto sexual, y justo eso es lo que hoy tendrás

-Mueve lenta pero sensual su cadera al notar como el joven la toma, sus iris dorados brillan por unos segundos y la demonio de azabache cabellera se relame el labio inferior con el último diálogo del varón-

¿Cómo me alimentarás?

En eso tienes razón, soy todo un pícaro, lo que tu no sabes es que esa es mi autentica forma de ser

-con su mano aun en su trasero lo aprieta traviesamente a placer para sentir esa suavidad y firmeza que ella posee-

Además, tengo que alimentar a mi succubus