Al principio creía que era indefensa, que debía protegerle, y aún sin duda pensaba de ese modo, pero no porque fuese débil si no porque algo nuevo que nunca tuvo había nacido dentro de él. El hombre encapuchado asintió hacia ella con suavidad, su cola se ondeó con suavidad quizá con algo de nervia, y entonces cuando ella tomó esa mano apretó con suavidad la de ella, observándole con tanto cariño como seriedad, su rostro se levantó, y entonces añadió con calma, pero esa voz rasposa y fuerte. — Lucette, hemos pasado muchas cosas, hemos viajado al pasado con nuestras mentes, hemos creado un enlace entre ambos como pocos... Creo que es hora de tomar el siguiente paso para recuperar tu reino y cazar a aquellos que hicieron daño. — Admitió mientras alzaba su mentón, notándose fuerte, orgulloso, y listo para asistirle.