La visita de aquel ente extradimensional a lo que parecía ser una brecha a otro plano, entre el plano terrestre y otro abismal no parecía una que no fuese hostil, día tras día ya llevaba luchando contra aberraciones que intentaban penetrar hacia planos existenciales que llevaban a lugares que podrían conducir a otros que podían conectar con los reinos de los seres que había decidido proteger, la progenie de su hermana, el reino de su hermano e inclusive caminos que podrían llevar al espacio o al reino aliado donde sus hijos o esposa vivían. (...)
— . . . Sólo deteniendo una posible invasión, antes de que su mayoría llegue a los planos terrenales. Ya sabes, lo usual. — Y sin embargo a pesar de sus palabras, sabía perfectamente que esto estaba lejos de lo usual. Ya se había enfrentado en ocasiones anteriores a criaturas de categoría muy fuerte, vampiros ancestrales, aberraciones ritualísticas, inclusive algunas que eran ramificaciones de antiguos seres cósmicos. Mas en la mayoría de dichas ocasiones no lo hacía solo, después de todo, ¿Quién se enfrentaba sólo a amenazas así? Inclusive para la falta de límites que los Wurm pueden tener, seres cómo Archidiablos o Príncipas Abisales estaban inclusive fuera del alcance en solitario de criaturas tan fuertes como los de su raza.
No fue tan respetuoso como lo sería una gran mayoría, ya que la mitad de las veces que se habían visto, las cuáles habían sólo dos, habían batallado cruentamente para evitar la destrucción del reino de su hermana y melliza. Los cuerpos alrededor de ellos rotos, quebrados, de diablos de diversos niveles, después de observar y reconocer a Edward admitió con esa voz grave y profunda.
De este modo y listo para el último round, abrió sus ojos, su corazón que estaba latiendo más lento por la pérdida de sangre, pudo sentir como una esencia familiar aparecía en los alrededores, ¿Era quizá su conciencia? Edward, su padre, aquel que con costos conocía, el mismo que crió a sus hermanos y no sabía de su existencia, gracias a las artimañas de su madre. Uno que era más un desconocido que un padre para él, mas en su primer encuentro además de una violenta batalla, Alastair partió de la misma con el regalo de la clarividencia. En aquel instante inclusive Pazuzu observó hacia arriba.
— Creí que eras solamente la sombra de mi conciencia, pero realmente estás aquí ¿No es así viejo? —
Entonces fue que con toda su fuerza de voluntad e inclusive sacrificando algo de su defensa, sintió su corazón latir con fuerza, dejando que la bestia que vivía dentro de sí se apoderara de algo de su conciencia, su cuerpo completamente acorazado, su cola y garras creciendo, el casco de Alastair abriéndose pareciendo entonces el rostro de una bestia, cubierta por placas pseudo-metálicas, fue de ese modo que con ambas manos y a fuerza completa lanzaría un corte violento sobre el pecho de Pazuzu, y entonces sangre oscurecida salpicó por sobre Alastair y en los alrededores. La batalla se volvió más violenta, y entonces Pazuzu en un brutal gruñido lanzó un poderoso corte al mismo tiempo imbuido por electricidad, logrando algo que pocos habían logrado, crear una abertura a través de su armadura. Estaba ya aquel Wurm viendo un tanto negro, pero la ira y voluntad lo mantenían en pie.
Fue en ese instante que el Wurm, observó como algunos de aquellos diablos se acercaban más y más a la brecha dimensional, si solo pudiese resistir un poco más lograría evitar que la mayoría de los enemigos entraran a los planos terrestres. Le habría encantado poder alarmar a su familia y aliados, sin embargo poder comunicarse entre planos no era algo lograrle con facilidad, sobre todo desde el averno o del abismo. Ensangrentado, furioso y listo para batirse en batalla, la violenta contienda entre Alastair y Pazuzu continuaba. Entre trucos y fuerza, el Bloodrager logró hacerle suficiente daño a Pazuzu, pero al costo de su propia salud, cada vez los golpes de aquel se volvían más lentos, ¿Moriría hiriendo gravemente a un Príncipe Infernal?
Espadazo tras espadazo se escuchaba la danza de espadas, electricidad contra fuego soltando chispas, pues la oxidada espada de Pazuzu parecía desplegar aquel elemento y a pesar de que Alastair era inmune a las llamas, y llevaba aquella armadura orgánica resentía los shocks eléctricos del gran arma de Pazuzu quien soltaba una carcajada, y ahora desplegaba truenos y centellas, que se convertían en descargas eléctricas que caían del cielo. Alastair hacía todo lo posible para eludir aquel daño, se movió hacia un lado, luego hacia a otro mientras dos rayos caían, más un tercero reventó justo frente a su rostro. La armadura nuevamente le cubrió, pero se sentía entumecido, golpeado, cansado, su respiración peasada.
No era fácil dañar a Pazuzu, o alguno de los archidiablos, y Alastair lo había logrado, fue en ese momento que el Wurm se soltó del agarre saltando hacia atrás, a pesar de que sui armadura había resistido la mortalidad que pudo haber imbuido aquel ataque, sí bajó algo de sangre a lo largo de su rostro por los afilados talones. — ¡Maldito Wurm infeliz! Si quieres pelear hazlo, yo mismo te daré el honor de acabar con tu vida, sin embargo ---- Eso no detendrá la invasión. — Fue de ese modo que Alastair abrió sus ojos de golpe, y entonces al tiempo que Pazuzu se abalanzaba con fuerza hacia donde estaba el Wurm, las huestes de Vrocks, y aquella tormenta oscura comenzarían a moverse hacia la brecha dimensional.
— Eres fuerte, mas eres un imbécil orgulloso. — De ese modo soltó una carcajada si bien golpeado por el poderoso impacto Alastair, y de ese modo, mientras parecía que las llamas no hacían ningún tipo de daño a Pazuzu, decidió tomar un femur y quebrarlo, de uno de tantos esqueletos alados que destrozó al comienzó, susurrando algunas palabras en el mismo idioma en el que aquel diablo elegante y maligno habló, y entonces algunas runas se forjaron en el hueso que tomó, hundiendo con fuerza el mismo en el muslo del Príncipe Diabólico, el cuál gritó con fuerza, haciendo que un suspiro ahogado de varios de los enemigos se escuchara.
En ese instante bajo el casco de esa bio-armadura hecha con la coraza del Wurm del vacío, una sonrisa maliciosa se amplió, en ese instante, tomó su espada flamígera que había cortado a tantos cuerpos y yaciendo sobre estos, el salvaje y brutal guerrero intentó lanzar la llameante arma hacia su enemigo, si bien los talones poderosos amenazaban con penetrar la impenetrable coraza, inclusive un instante de peligro se hizo presente cuando la llameanta espada fue detenida entre los dedos del imponente príncipe alado. — ¿Es eso todo lo que los Wurm pueden hacer...? — Susurró una voz elegante en infernal, mientras carcajadas diabólicas y burlonas se hacían presentes, los Vrocks, demonios alados parecidos a buitres danzaban al son de la tormenta.
Alastair continuaba provocando al orgulloso príncipe, sabiendo perfectamente que el orgullo podía ser sin duda una de las debilidades de la majestuosa y horrible entidad. Fue en ese instante que la bestia de batalla pudo observar como sobre su cabeza una tormenta comenzó a producirse, las nubes se volvieron grises, y rayería comenzó a producirse entre las nubes. El bestial diablo entonces susurró algo hacia sus generales, y de repente zurcó los cielos oscuros comenzando a bajar de golpe, con una ferocidad terrible. Alastair se preparó, tragó un poco, sentía la temible ferocidad de esa criatura de cuatro alas abalanzarse sobre sí.