— ¿Almohada? Fufufu... Para ser una criatura diferente, empleas conceptos bastante humanos, Alastair. ¿No me digas que a ti también te fascina la tierra? — Expreso de forma entusiasta, manifestándose un particular brillo en sus ojos.
— Pero no... No he dormido en absoluto. No me gusta dormir, porque cuando lo hago... Al despertar nada de lo que me rodea vuelve a ser lo mismo. —

— ¿Eeeeh..?¿Diez años? Dudo que haya pasado tanto tiempo, hrm, ¿No me digas que también te dormiste a mi lado? — Diría estirándose un poco y bostezando ampliamente para así mostrar sus dientes afilados y sonreír de modo malicioso, posando sus ojos rojos en los de ella. — . . . A que soy una almohada cálida. —

— Moh... Ya se que sigues vivo. Es solo que ya me aburrí de verte dormir. Era divertido escucharte roncar, pero después de 10 años comenzó a perder la gracia. — Respondió de manera agobiada, mientras fruncía un poco el ceñ, pero aun así conservando aquel tono "sarcástico" que empleaba de manera habitual.

Se encontraba semi-dormido, algo que parecía suceder más frecuentemente de lo esperado, aunque bien pocos podían pasar a través de las trampas múltiples en la guarida bajo tierra, Riku era una de esas que tenía el derecho a un paso libre allí, y entonces ante aquellos piquetes, ojos carmín se entreabrieron adormilados, notándose como por inercia una mano fuerte y firme tomó la muñeca cuya mano le picaba, soltando un gruñidito. — . . ¿Oh? ¿Riku? Sí, sí, sigo vivo. —

— Alaistair, Alastair. ¡Ey, Alastair! — Expresaba de manera un tanto infantil, mientras no paraba de picar su mejilla izquierda con su dedo índice.