*Una "inocente" risilla escapó de sus labios* Enemigos? Sabes que soy un amor tío *relamio sus labios lentamente* aunque la idea de un poco de vino con sangre, no suena nada mal ~
Vino quizá mezclado con la sangre de nuestros enemigos. ¿Quizá ese sea grato para vuestro paladar? O bueno, el de ambas... -Admitió el mayor mientras les veía de reojo, por supuesto observando a ambas sobrinas, pues no había pasado por alto la presencia de la usualmente silenciosa y observadora mayor, sabía perfectamente lo que ella escondía detrás de semejante fachada.-
* Se quedó en silencio unos segundos, disfrutando la vista. Observar la simbiosis entre su tío y el wurm era fascinante. A la par provocar continuar con el tema, podría ser un suicidio o peor aún, la vida de su hermano podría quedar expuesta al peligro*. Me parece bien ¿Qué tienes para beber? Espero que un buen vino, con sabor a conquista.
*Mientras los observa bosteza un poco y se acomoda en un pequeño rincón, sabía que la vanidad de aquellos dos, solía ser grande, y sus charlas solían alargarse a veces, simplemente acomodó sus platinado cabellos y los observó en silencio con una gentil sonrisa y afable mirada*
Si tú lo dices, Sig... Podría hacerse realidad. Sería un buen negocio, así me das personas a quién matar cuando las cosas están tranquilas. -Añadió mientras le observaba de reojo, con ese intimidante ojo carmín que le veía de perfil, su sonrisa se amplió mostrando sus colmillos afilados, mientras movía su cola de lado a lado, la cual estaba presente, como parte simbiótica de su wurm, ondeándose con lentitud como la de un depredador. Así pasó con lentitud hacia donde estaba su bar y acotó.- ¿Algo de beber?
* Mantuvo la calma, estaba acostumbrada a negar a Indra, no por falta de amor, todo lo contrario, era para proteger su vida y relación. Sonrió tranquila, mientras recorrió el cuerpo de su tío con la mirada. Se relamió los labios, era imposible no hacerlo ante semejante espécimen.* Hahaha, por supuesto, las cabezas de mis amantes, deberían decorar la entrada de tu hogar.
Claro, claro, porque cualquier amante de la sobrina más parecida a mí se quedaría sin cabeza si eso se confirmara, ¿No? -Admitió con una profunda voz mientras se acercaba con lentitud, llevando un elegante traje negro con una boa de lana de color rojo sobre su cuello, arqueando su ceja y posando sus orbes carmín en las de ella, poniendo su mano fuerte sobre la cabeza de Sigrid, a la vez que sus pupilas se dilataban.- Eso sí que sería terrible. -Hablaba sin duda con una sonrisa bromista en su boca.-
¿Esposo? No sé de lo que hablas * Buscó disimular, no sabía que el amorío con su hermano, era una noticia que había llegado hasta su tío. Negarlo sería lo mejor, para ella y su amante, así que se esforzó por negar*. Hasta donde recuerdo, sigo tan soltera como cualquiera de tus sobrinos.
