[...] pero sería injusto decir que se trataba de algo tan dulce como eso.
— Todo lo que perdí se divide en dos partes. Aquello que no tenía importancia, y aquello que si la tenía. Lo que no la tiene, no hay mucho que decir, pero lo que sí... Estoy convencida de que su voluntad sería verme en pie, y sin lamentaciones. Soy su madre, y mi deber es luchar por mis queridas creaciones.—
— Todo tiene un fin en esta vida. Pocas cosas en el universo son infinitas; sin embargo, el hecho de que se conserven dentro de tu alma, las convierte en algo meramente inmortal. Si tú voluntad es esa, hazla. Con tu valentía, fuerza y orgullo por delante. ¡Demuestra en lo que te has convertido, y que todos los sacrificios no fueron en vano! —
Expreso de forma calmada, llevando su mano libre hacia el puño del descomunal hombre. Su físico era ridículamente opuesto, pero su espíritu era tan similar al suyo, que inclusive era capaz de visualizar su existencia a través de sus ojos.
Tan apacible como siempre, asintió con la cabeza en respuesta a su pregunta. En efecto, Akasha también había perdido una vasta cantidad de cosas en el pasado. Una vida eterna, implicaba toda clase de acontecimientos tormentosos, los cuales incluían la caída de sus seres más queridos. Aún con ello, la entidad femenina parecía no lamentarse. Algunos podrían llamarlo resignación; [...]
— Tch, ¿Lágrimas? No, por más que me duela la partida de aquellos de mi sangre, esos que hicieron de mi vida más interesante también, el verles partir sólo me ha dado fortaleza.. Y los que finalmente descansan, no deben llevar el mismo peso que yo, pueden finalmente reposar fuera de nuestra caótica naturaleza. —
Admitió cerrando su puño, ya que él había sido forjado para proteger a su familia y realmente quedaban ya muy pocos. Había un dejo de culpa en su pecho, sin embargo ante aquella caricia, la monstruosidad que era se mostró algo humano, posando sus ojos acarminados en los de ella.
— Pero aún en tu forma sin marcas, llevas cicatrices de recuerdos de antaño ¿No? No me son difíciles de observar y leer, Akasha. Quizá es por el simple hecho de que fuiste quién me ha despertado. —
— Se que el concepto de “omnipotencia” es subjetivo, cualquiera tiene una debilidad. No soy tan ingenua... Recuerda que no eres el único que fue abatido en el pasado; es por eso que me fue tan fácil encontrar belleza en ti. Tus cicatrices, y las lagrimas presas en tu interior te convierten en alguien verdaderamente maravilloso. — Respondió sin titubeo, mientras alzaba una de sus manos para alcanzar la mejilla de Alastair y acariciarla suavemente.
— Entonces has de saber, Akasha, que no eres invencible... No importa cuál sea tu origen, o forma, o cantidad de fuerza.. La debilidad más prominente del fuerte, es creer que no puede caer. — Admitió el alto varón mientras se acercaba a ella, mostrando alguna sabiduría escondida a pesar de su salvaje forma, quedando cerca de ella, sus ojos de carmín brillante y llenos de fulgor en los de ella, mientras una pesada mano descansaba en su hombro. — Aún con eones de experiencia, el aprendizaje jamás cesa. Creo que ambos podemos aprender mutuamente. —
— Fufufu... Siglos de existencia me han otorgado una basta experiencia en todas partes; incluyendo el abismo del que tanto hablas. Mi entidad como origen me mantiene al tanto de todo, así que no hay muchas cosas que me sorprendan actualmente, pero... sin duda alguna continuó divirtiéndome con toda clase de desafíos. No eres el único que durmió durante tanto tiempo ¿sabes? — Expresó de forma juguetona, esbozando apenas una sutil sonrisa, mientras extendía su delicada mano ante la gigantesca criatura.
— Jmjmjm, cómo una entidad del equilibrio, no pudiste haber elegido un camino más maltratado y rocoso, querida Akasha... ¿Entiendes realmente lo que estás a punto de hacer y el viaje al cuál estás a punto de zarpar? Las atrocidades abismales que yo y los míos hemos enfrentado son... Nah, hablo como si fueses alguien a quién debo advertirle algo... Sólo diré que son divertidas.
Admitió el varón con una sonrisa maliciosa, entreabriendo sus fauces para así dejar salir un suave bostezo, que sonó como un pequeño gruñido. Aún se mantenía adormilado, algo jorobado, debilitado por su largo letargo, cosa que era común al menos hasta el momento en el que volvía a activar todos sus sellos, y su energía volvía al tope.
— ¿Mostrarte el camino? Cielos, temo decirte que esa no es la respuesta correcta a tu búsqueda.
Cada criatura es responsable de su propia existencia; ¿un camino, un propósito? Fufufu... No existe nada de eso realmente. Lo único importante... Es que sigues aquí. Eres parte de la historia de este universo. Fuiste bendecido al ser elegido por el origen. Así que... ¡Vivamos esta historia juntos!, ¿qué dices, querido Alastair?
— ¿Y qué es lo que más anhelo? Esa es la pregunta que no pude contestar, una que creí haber respondido, y entonces como siempre que no tuve propósito... El sueño me alcanzó, esa maldición que hace que caiga en letargo cada vez que no entiendo mi sentido o razón de ser. Es extraño sin embargo, que... hayas logrado despertarme, ¿Querrá decir Akasha que me mostrarás el camino?
— Vamos, querido… El ser protegido no te convierte en alguien débil. Todos necesitamos apoyo de vez en cuando. Incluso siendo todo, incluso siendo nada… Ese es el significado del origen. Estoy convencida de que tu propio autoconocimiento te convertirá en lo que más anhelas.
