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King of Nothing.
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About Me


Datos Generales

◙Nombre: Alastair B. Valcross

◙Raza: Wurm

◙Clase: "Bloodrager"/Guerrero Oscuro.

◙Edad: 2345 años con apariencia de 25-30 años

◙Tipo: Vacío

◙Elemento: Vacío

◙Estatura: 2.10 m

◙Origen: Underground Abyssal Fort - Vassalia

◙Titulo: Guardián de los Valcross // Morador extradimensional //

◙Hijos: Naia & Mina, (12), Vincent (6)

[med]Personalidad[/med]

Alastair es un hombre aparentemente serio, y temible con sus enemigos, es huraño y un tanto maleducado, lo cuál gracias a su estilo de crianza le puede hacer parecer algo primitivo o falto de intelecto, pero aquello era nada más una fachada, pues poseía una mente estrategica y perspicaz, y si bien no poseía demasiado intelecto sobre la realeza, etiqueta o la vida cotidiana, sin duda compensaba con su conocimiento e interés sobre la historia, magia, y estrategia, cosa que se daba a conocer cuando entraba en combate.
Aquel gran hombre era sin duda fiero, inmisericorde con sus enemigos, su sangre corría con fuerza como magma cuando se encontraba en lo fiero de la batalla por lo que su clase y estilo podía considerarse un "Bloodrager", los cuales son guerreros barbáricos que se dejan llevar por su ira combinada con la esencia mágica de su sangre, la cuál los enciende a niveles increíbles, causando que se convierta en una fiera imparable en el campo de batalla y agudizando sus instintos. Pero a pesar de toda esa oscuridad y caos que parecen rodearle, Alastair tiene un rasgo que evita que sea consumido por la fiereza de la bestia que vive y esa es su lealtad para con su familia y las personas que aprecia, haciendo de él un ser más noble de lo que muchos imaginarían.

Su estadía en Eirween sin embargo hizo que se demostrase algo increíble, además de esa pasión y deseo de proteger a los de su sangre y es sin duda su instinto natural paternal, por lo que su propósito principal al inicio, y al no conocer nada o a nadie después de salir de aquella cueva era nada más y nada menos que proteger a todos los de su linaje.

[med]Características Físicas[/med]

A diferencia de muchos de los de su progenie y sangre que suelen llevar una forma más contenida con respecto a los poderes que llevan dentro de sí, Alastair suele mostrarse gracias a su estilo de batalla, en una forma híbrida entre Wurm y humanoide, llevando cabellos azulados y ojos carmesí profundo, con pupilas abismales, y una sonrisa amplia de dientes afilados. Su musculado y alto cuerpo está cubierto por tatuajes, algunos que demuestran victorias significativas, y otros tatuajes arcanos que poseen alguna que otra sorpresa para con aquellos a los que se enfrenta.

La forma física de Alastair está casi el 100% de las veces acompañado por una larga cola negra, acorazada, que es la mayor manifestación de aquella forma híbrida en la que suele presentarse, que está cubierta con placas negras oseas, tan fuertes como el titanio mismo mientras que dichas placas también suelen recubrir su cintura, la piel sobre sus costillas y parte de sus piernas y brazos, no dándole una forma demasiado gustosa a la vista a diferencia de sus hermanos. Suele llevar una larga capa un tanto destrozada, y una capucha para cubrir sus facciones, quizá más que todo por costumbre por los tiempos en los que salía de caza por Eirween para secretamente asesinar a los enemigos de aquella nación regida en aquel entonces por su durmiente gemela, y sus hijos.


A pesar de ser aquella su forma física primordial y principal, Alastair pocas veces ha desatado la forma completa de su caótico Wurm del Vacío por peligro de que este vaya a dañar más de lo que pueda ayudar en su propósito, manteniendo sin embargo un fuerte vínculo simbiótico con la bestia voraz que vive dentro de sí, casi causando una fusión completa de ambas personalidades. Sin embargo, con lo anteriormente descrito, la forma del Wurm interno de Alastair, aquel que reina sobre el vacío, es una criatura sin ojos, con un cuerpo obscuro y completamente acorazado, con una esencia púrpura casi maldita, y dientes extremadamente voraces. Aquella criatura solo ha sido liberada en momentos de sumo peligro, en su niñez claro bajo ciertas circunstancias, y cuando alguno de aquellos cercanos a él ha logrado vislumbrar pequeñas fracciones de aquel ente.



Y si bien en la mayoría de los casos Alastair viste bastante casual y con ropa bastante destartalada y a veces casi nula, ha sabido comportarse en ocasiones de etiqueta al menos cuando se trata del buen vestir, pues se le ha visto con ropa de moda y nobleza, cuando ha sido necesario acompañar a algunos distinguidos amigos en la corte real, o claro en ceremonias de Eirween que tuviesen que ver con sus sobrinos y hermanos. Llevando casi siempre colores oscuros, un sombre elegante al estilo tricornio para reemplazar su capucha, y detalles ya sea en rojo o dorado.



Finalmente y no menos importante, gracias a la simbiosis y vínculo tan fuerte que posee con esa bestia solitaria de su interior, una de las formas de Alastair es aquella completamente híbrida, en la que Alastair cubre su cuerpo por completo con placas de aquella coraza casi impenetrable de su wurm, extendiéndose su cola, garras, y garras de sus pies, cubriendo cabeza con ese material y dejando solo espacio para ojos brillantes y acarminados, una forma que suele solo alcanzar por instinto y cuando se encuentra en plena ira.

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Historia

Más de dos milenios atrás el destino separó a dos mellizos, una destinada a construir un Imperio que llegaría más alto que las nubes mismas, y uno que en soledad observaría desde el abismo cual protector del mismo.

Para más contexto, un poderoso ente extradimensional procrearía con una demonio y hechicera de alta categoría causando el nacimiento de quien más adelante sería la Emperatriz de Eirween, y sin embargo cuando dicha demonio quebró su lazo con el Emperador escondió el nacimiento de Alastair, quien sería llevado a escondidas con hechizos mágicos y mentiras lejos de quienes pudieron haber cambiado su destino.

Con aquel niño entre brazos, la mujer y madre de aquel pequeño sabía del potencial que este tenía, por lo que había preparado una guarida escondida y subterránea, con cientos y cientos de hechizos y runas que evitarían que la verdad fuese revelada a los otros hermanos y familiares de Alastair, entrenando junto a sus vasallos a aquel pequeño para ser nada más y nada menos que una feroz bestia.

Los intentos de aquella mujer eran calculadores, ya en ocasiones había visto el inmenso potencial de aquella raza y claramente deseaba poder tener bajo su control al mismo, y sin embargo a sus ojos la mejor forma de lograr esto era forzar una simbiosis entre el pequeño y su bestia interior. Por ende el entrenamiento que pasó para lograr aquello fue brutal, aquella hechicera y demonio tenía bajo su mando portales que llevaban a varias capas del abismo, y en ocasiones, abandonaba al niño en las mismas contra imperiosas y tempestuosas condiciones atmosféricas, en muchas ocasiones sin nada para realmente sobrevivir y subsistir más que lo que llevaba dentro de sí.

Y aquello había resultado, el experimento había funcionado ya que en más que una ocasión la manifestación incompleta de esa bestia interna había tomado forma para acabar con legiones de demonios que deseaban reclamar el cuerpo del muchacho, quien al caer inconsciente era teleportado de vuelta a la guarida subterránea para ser sanado por cuenta nueva por los cultistas de aquella madre y demonio. Una y otra vez experimentó esto, hasta que de cierto modo logró un vínculo extremadamente fuerte con el Wurm del Vacío que llevaba dentro.

Como resultado, no todo fue negativo, el sufrimiento le había enseñado cierto control para con su caótica criatura para cuando era un adolescente, y entonces los planes de aquella mujer obscura que era su progenitora para tomar una de las capas del abismo como suya estaban comenzando a llevarse a cabo, y Alastair no tenía nada más en su vida, pero ciertamente no podía sentir amor por ella ni sus captores.

No todo era terrible sin embargo, no todo era sangre y excesos, ya que cuando descansaba y mientras se alimentaba y en las ausencias de aquellos se le permitía acceso a la enorme biblioteca arcana de aquel gran reino subterráneo. Allí aprendió sobre historia, y diferentes disciplinas mágicas, y además también sobre diferentes planos de existencia, lo cual abrió su curiosidad sobre manera para el conocimiento.

Más adelante las circunstancias cambiarían, un día su madre y sus vasallos decidieron que era tiempo invadir la capa del abismo comandada por el señor Abismal Orcus, y una batalla campal entre lados se desató sin ningún tipo de miramiento. En medio de ese desatre parecía que el poder que llevaba les estaba dando ventaja, hasta que la cantidad sobrepasó la calidad y el joven e inexperto guerrero se vio superado por las huestes de Orcus quienes nublaron completamente sus sentidos causando que aquello fuese lo último que recordara.

Al abrir los ojos, se encontró desnudo, cubierto de sangre tanto propia como de sus enemigos, tirado en el suelo del salón que llevaba al portal del Abismo en aquella guarida subterránea, respirando agitado, sin memorias y completamente solo. Buscó rastros de los cultistas, de su madre, de otros allí, pero aquel laberinto subterráneo que alguna perteneció a su madre, estaba completamente desolado.

Entendiendo su situación y rindiéndose después de días de búsqueda en las cercanías y en los interiores de aquel enorme lugar, Alastair entendió que estaba completamente solo. Por ende ante aquella nueva realidad, optó por comenzar a ascender, cosa que jamás había hecho. Subiendo cientos y cientos de escaleras de piedra, entre cuevas y antorchas mágicas finalmente podría vislumbrar algo que jamás había visto... el cielo nocturno y la luna, lo cuál le cautivó en demasía.

Sin embargo, para alguien que había vivido bajo tierra por tanto tiempo era difícil entender el porqué había ascendido, y entonces entendió que una vez que el control de aquel culto y aquella demonio progenitora cedieron, ahora tenía libertad, y con esa libertad su instinto agudo le hizo un llamado, el llamado a una esencia como él. Entonces recordó en su niñez haber leído historias sobre diferentes reinos, uno de aquellos era Eirween, y cuando leyó sobre la historia conocida de este sintió una extraña conexión con quien llamaban heredera de este.

Sin tener nada más que su propia compañía, comenzó a moverse por entre los profundos y temibles bosques que rodeaban aquellas cuevas que llevaban a ese fuerte subterráneo, se definió con rapidez entre las bestias y lobos fieros que guardaban el lugar como el alfa de este territorio, y entonces notó que entre cacería y cacería se alejaba cada vez más del lugar, hasta que sus pasos sin saberlo lo llevaron a los límites de Eirween.

Sin pensarlo por un momento observó hacia la enorme torre del palacio principal, y de repente tuvo una intensa visión, pudo ver finalmente a su hermana ya adulta, con pequeños entre sus brazos, pudo sentir en su sangre la intensa punzada de familiaridad entre ella y aquellos. Y decidió que mientras entendía mejor sus identidades y su propio propósito que protegería el reino de posibles amenazas hasta que fuese momento de presentarse.
Por ende a lo largo de los años se mantuvo cual misterioso vigilante, inmisericorde con los grupos de bandidos o malhechores que tuviesen malas intenciones con Eirween, inclusive uno que otro problema extra dimensional caería bajo sus garras de modo inmisericorde y brutal, pues era el único camino que sabía. En dicho camino conoció a algunos seres interesantes con quiénes forjó sus primeros lazos "humanos".

Sin embargo, a pesar de que las tropas y guardia de Eirween notaban sin duda que estos cadáveres que encontraban eran posibles amenazas para con el reino, la brutalidad con la que se presentaban no hacía más que preocupar a la realeza, por lo que la Emperatriz enviaría a sus jóvenes hijos cual prueba a encontrar al autor de aquellas proezas violentas. La primera en interactuar con Alastair, en una búrbuja de espacio-tiempo en medio de los sueños había sido Lena, con quien forjó un gran lazo, la sobrina mayor a quien extrañamente ya conocía por este medio desde antes de que saliera de su guarida, quizá quien ayudaría a Alastair indirectamente a encontrar su camino a Eirween.

Pero fue un joven Siegfried al lado de algunos caballeros de Eirween que encontrarían a Alastair luchando contra una fiera bestia, y sin duda se darían cuenta de las similitudes para con otros Wurm. Así después de la derrota de esta amenaza junto con Adler, Siegfried y algunos otros caballeros al lado de Alastair, este decidiría presentarse. Ya para ese entonces había escudriñado lo suficiente en los diarios y apuntes secretos de su madre como para saber que ellos eran familia y que la emperatriz era su hermana.

Había sido aquel lazo que había traído a Alastair hasta Eirween y así, en un encuentro entre hermanos y extraños el vínculo de Liannete y Alastair se forjó, y el mismo se presentó ahora como un guardián de Eirween, y del linaje de su hermana. Después de breves pero significativas interacciones, Lianette desafortunadamente cayó en letargo, dejando en las manos de sus hijos el destino de Eirween. En medio de aquello y algunas amenazas que enfrentaron, Alastair se dedicó a entrenar con Siegfried y Lena, en diversos campos, Adler, Sigrid, Brigit, e Indra que fueron otros con los cuáles interactuó si bien menos decidieron tomar caminos diferentes.

Sin embargo un día predestinado la amenaza más grande que Alastair enfrentaría junto a Eirween aparecería, una entidad extradimensional que poseía una esencia que jamás había sentido. La batalla fue brutal, Alastair desplegó poderes que jamás supo que tenía, y sabía que no podía ganar, luchando al lado de sus sobrinos contra este Arbitro de otro plano. La destrucción de Eirween era inminente, y sin embargo en medio de esas batallas, el enemigo se mostró como algo más al despertar de un sueño errante, dando a entender que era el abuelo de sus sobrinos y su padre. Un fugaz encuentro con su progenitor que le dejó un nuevo poder premonitorio y claro un extraño sabor de boca al ser este su primer encuentro con él, pero también decidió llevar un nuevo título que denotaba tanto la clase de Wurm que llevaba como el hecho de que nunca tuvo interés en reinar nada, "King of Nothing".

Una vez que aquella amenaza mermó, los años hicieron que sus sobrinos siguieran creciendo mientras la Emperatriz se mantenía durmiente y entonces mientras forjaba algunos lazos con unos, otros tenían planes más macabros, pues Indra y Sigrid quienes habían decidido llevar el camino de los "Wurm Puros", también comenzaron una guerra civil en contra de sus hermanos lo cuál causó la muerte de la segunda, y la separación del primero que lo llevaría a forjar un nuevo reino aparte de Eirween, y lejos de su alcance. Aquellos sucesos le habían demostrado algo sin duda, previendo el despertar de su hermana y notando como sus sobrinos ya habían formado sus nuevos caminos, el enorme guardián entendió que era tiempo de dormir por cuenta nueva.
Sin decir mucho el Wurm entró en un largo letargo de un tiempo indefinido, pues en aquella guarida al estar conectada a portales con otros planos el tiempo pasaba un tanto distinto. Así mismo el destino llevaría un nuevo giro para con él, cierta paladina llamada Akasha quien llevaba la fuerza espiritual de una entidad equilibrada encontraría al caótico ente del Vacío, haciendo que después de un largo sueño abriese sus ojos ante su presencia. El vínculo fue casi inmediato, un nuevo propósito había nacido, por un breve tiempo trató de ser alguien "normal", pero la normalidad no era para él. Su nuevo camino estaba al lado de Akasha con quien se aventuraría al lado de nuevos amigos, incluyendo personajes con rasgos felinos, brujos engañosos, dracónidos, y en otras regiones personas córvidas, sirenas, e inclusive aventuras en navíos.
Sus aventuras extradimensionales le llevaron a forjar un lazo aún más profundo con Akasha, sin duda aquella santurrona paladina que llevaba más luz de la que imaginaba les llevaría no solo a destruir grandes amenazas y aberraciones si no que también les permitiría crear una familia en otro plano, una quizá no de sangre pero sí de lazos. Era extraño, él era una bestia, un ser sediento de batalla y conocimiento mas Akasha le enseñó una luz que no sabía que tenía, y honestamente, seguiría moviéndose en dicha dirección por tiempo indefinido.

Fue después de varias aventuras que lo inesperado sucedió, y entonces Akasha acabaría embarazada de aquel ser, cosa que sus amigos de aventura previeron hace tiempo. Y en ese momento Moara, la aventurera con rasgos felinos se casaría con el amor de su vida, una luminosa clériga que muchas veces les salvó la vida a varios de sus compañeros. En ese breve momento de paz, después de la destrucción de un poderoso vampiro que atormentaba a la anterior, Alastair y Akasha también contrajeron nupcias en un humilde y pequeño evento, rodeado de sus amigos de ese plano y claro las hermanas de la Iglesia de la Paladina.

Era extraño, fue el día más significativo de su vida, en el buen aspecto, con calma, felicidad y grandes amigos, aunque hacían falta los de su linaje. Sin embargo con ese pensamiento fugaz, muchísimos tesoros e ítemes mágicos de por medio e inclusive después de la destrucción de un dragón negro anciano, y varias aventuras por el mar, el otro día más relevante ocurrió con el nacimiento de las gemelas quiénes estarían al cuidado de las Hermanas de la Iglesia de Akasha y claro la clériga quien era esposa de Moara, una de sus compañeras. Las niñas crecieron sanas, fuertes, con el conocimiento de la bestia que vivía dentro de ellas un tanto bloqueado, Alastair quizá no deseaba ver repetido el destino de sus sobrinos, y por eso estaba siendo cuidadoso.
Así que después de varias aventuras desérticas con aquellos aliados, y otras más por venir, Alastair le hizo entender a Akasha que si bien habían construído una vida en ese plano, era tiempo de "volver a casa". Más y más la verdadera naturaleza de Akasha se mostraba, la de una entidad poderosa, no fue coincidencia su unión, así que con las niñas y un pequeño por venir, Alastair y Akasha retornaron a las tierras cercanas a Eirween.

Algún tiempo pasó entre suceso y suceso, y con las chicas ya un tanto grandes y el pequeño ya lo suficientemente conciente lo inesperado sucedió. Tuvo que dejar a los pequeños en la guarida, y correr con Akasha entre brazos, hacia dónde pudo sentir una extraña esencia familiar, la Paladina se notaba muy enferma, y era extraño ya que era prácticamente inmune a las enfermedades. Pero nuevamente su agudo instinto le llevaría a donde debía, la esencia de Akasha estaba desapareciendo, pero mutando, había sentido muchas cosas en su vida, e incluso desesperación pero por primera vez sintió desolación.
Cuando Akasha susurraba sus últimas palabras de angustia y amor, desvaneciéndose en sus brazos, Alastair gritó de dolor cayendo de rodillas, al notar que no era que Akasha estaba enferma si no que era solamente la esencia que utilizaba un ser alienígena llamado Riku, quien ahora despertaba, y una vez que ella despertaba, Akasha volvía a dormir dentro de su cuerpo. Bien conocía esa dualidad, la de ser dos en uno, pero no esperaba que el destino le arrebatara a aquella con quien tantas aventuras tuvo, y con quien forjó una familia, para encontrar a alguien que extrañamente presentaba la misma dualidad que él.

Ahora mientras Riku intenta entender el amor que siente Akasha por Alastair, Alastair debe intentar entender esta nueva situación y adaptarse a este hecho, mientras le ayuda a Riku a adaptarse a los sentimientos que Akasha lleva. Inclusive le explicó a sus hijas que su madre solo había evolucionado en algo más, para que ellas no tuviesen que cargar con ese peso, ya que ahora el Wurm tenía la misión de levantar a su familia y hacer que la inesperada huesped de su amada, se volviese parte de ella.
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