AkusentaiHiroshi

** Una bandada de gorriones alza el vuelo surgiendo de entre los árboles y distribuyendo sus piares por el aire, por donde revolotean en salida de aquel bosque no demasiado espeso ni abrupto; muy estúpido habría de ser el aventurero que se perdiera en él. El sol clarea el verde espejo celeste que los más altos protagonizan. Ni una sola nube entorpece aquel día.
Un joven zorro bifurca el sendero de tierra guiado por el olor de una presa, olfateando el suelo polvoriento conforme camina. A una avanzada de diez metros, un olor nuevo y amenazante le hace detenerse y alzar la vista. Se mantiene quedo durante unos segundos, erguido y con la cola erecta; ha visto algo que no le agrada. Rápidamente se recoge, perdiéndose entre los matorrales y no sabiéndose ya nada más de él. Asustado pues por la presencia de un hombre que de entre las ramas caídas de un pino emerge, apartándose algunas molestas hojas y trozos de madera de los hombros. Una capa azul envuelve su fisonomía, elegantemente doblada a su alrededor con el rostro semi-cubierto. La capucha lo arropa con igual recelo, ocultando su misteriosa identidad. Camina pues por aquel sendero de arena en pendiente descendiente dirección a las afueras del bosque. **