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*Fué rara la forma en la cual le habían dado el día libre, sentía que había hecho algo malo, pero, por la expresión de su empleador, todo estaba en orden, por lo que no dudó en lo más mínimo para salir.

Su caminata era bastante tranquila, disfrutaba del vicio que llevaba en los labios y de la brisa ligeramente helada, algo dentro de el, le decía que debía mirar hacia el cielo gris y así fue, de inmediato, unas cuantas gotas de lluvia caerían en su rostro y cigarrillo, produciendo un siseo particular.
–Mierda...– Fue todo lo que pudo exclamar, pero, sin apuro, continuó su caminata tran
 
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— Al paso de 45 minutos, se levantó de aquella cama y no dudo en cambiar sus ropas, estaba tan enojada que ni siquiera podía pensar bien, arregló su pequeña cartera y se cruzó esta en el costado de su cuerpo, abrió la puerta de la pieza sin dudarlo camino por el pasillo sin importarle si le veía o no.

— Cuando llegó abajo abrió la puerta de la salida comenzando a caminar por la calle con suma calma, fue cuando tomó su móvil y miro el mensaje anterior, no dudo en contestar, iría a la cita, haría lo que acostumbraba hacer y volvería a casa, necesitaba olvidarse del mal rato.

— No me dirá que hacer, alguien que me dejo sola por dos años — Fue todo lo que dijo, al ver un taxi alzó su mano, el mismo que se detuvo y tomó para darle la dirección, siendo llevada a esta.
AkroPhoenix · 26-30, M
–No, no pienso lastimarte, en lo absoluto, ¿Pero sabes algo? Espero que esto te sirva de correctivo, si, no soy papá o mamá, pero aún ellos muertos, debo cuidarte y evitar que hagas estupideces...–

*Comentaba aquellas palabras mientras terminaba de arreglarse la camisa y el chaleco, tras terminar, el joven se encaminó hasta la puerta y abriría la misma con bastante calma y antes de retirarse, miró por encima de su hombro a la chica.

Le partía el corazón el verla llorar, sobre todo que quien provocaba esas lagrimas, era el, ese Aetos que vivía dentro de si, le recriminaba, deseaba que abandonara esa fachada y fuera a abrazarla, a darle cariño y compresión, pero antes que eso, era un hermano, que debía velar por su hermana, si, había sido cruel, pero era lo mejor

–No quiero que vuelvas a hacer esa clase de comentarios, esté presente o no...–

Tras culminar con sus palabras, el chico saldría finalmente de la habitación, cerrando la puerta casi por completo*
— Un par de lágrimas habían caído de sus mejillas, el por primera vez la había aterrado al punto de quererle lejos, como pudo alzó su mirada a los ojos del contrario, no parecía feliz al escuchar aquellas palabras, sus ropas habían sido cruelmente desgarradas.

— Dejame sola.... Eres un cruel... eso no se hace, pensé que ibas a lastimarme — Susurro apenas entre lágrimas a la vez que apretaba su pecho con ambas manos.
AkroPhoenix · 26-30, M
*El muchacho observo la expresión de su hermana, sabía que era suficiente con ello, a lo que tiró lo ultimo de la prenda de la chica y de inmediato, tomaría su ropa y se la colocaría con bastante tranquilidad*

–Bien...espero que sirva de lección....para que NO vuelvas a hacerme esa clase de comentarios jamás..–
— Lo que yo... Haría en tu lugar... — Al verlo semidesnudo supo de que se trataba, ella tenía sus métodos para sacarlo de quicio más de lo que podría imaginar pero jamás pensó que este llegaría a ello, inclusive a lastimarla, solo golpeo sus manos con fuerza deseando que no se acercara a ella.

— Aleja tus manos de mi — Le advirtió con cierta rabia, cuando las prendas de sus ropas comenzaron a desgarrarse alzó la mirada a los ojos contrarios, su hermano estaba molesto ese hombre frente a ella no estaba midiendo su fuerza y acciones, tenía miedo, ella... Sintiendo miedo... Tenía que ser un mal chiste del momento.

— Ya basta — Termino recostada en la cama, sin dejar de ver todo en cámara lenta, o al menos esa fue su impresión.
AkroPhoenix · 26-30, M
–Lo que tu harías en mi lugar...espero estés lista...por que no voy a tener consideración..–

*Comentó el muchacho mientras tiraba su chaleco y camisa al suelo, dejando su torso desnudo, sus manos ahora se dirigieron hasta la dama para así arrancarle la ropa con cierta fuerza, rasgando algunas de esas prendas tan lindas y finas*
— Como que ya pasó la época en que podías castigarme... Ya suéltame — Cuando se vio siendo arrastrada al cuarto no pudo evitar sentirse molesta, si este creí que podía encerrarla estaba muy equivocado, sintió la fuerza con que la arrojaba hacia la cama por lo cual terminó cayendo sobre la misma, abrió sus ojos mirando con atención lo que este hacía, grande fue su sorpresa al verlo desnudarse.

— ¿Qué estás haciendo? — Preguntó curiosa sin apartar la mirada por un momento se sentía confundida y no lograba ordenar sus ideas, se sentía inclusive extraña su cuerpo parecía no moverse y yacía paralizado sin dejar de ver lo que este hacía.

— Vete de mi cuarto... Lárgate ahora — Se atrevío a correrlo, pero ¿Este obedecerá? .
AkroPhoenix · 26-30, M
– Hago lo que tendría que haber hecho desde hace tiempo, esta vez no habrá más estupideces de tu parte...–

*El muchacho abriría la puerta de la alcoba de la fémina, estaba cansado de tanto aparentar, de tanto fingir que no sentía o quería nada, esta vez haría lo correcto y se dejaría llevar por sus emociones y sus deseos.

Una vez en el interior de la alcoba, el muchacho dejaría a la dama en la cama, casi arrojando a la misma en dicho lugar y de inmediato se quitaría la camisa, pero, a pesar de ello, su rostro aún reflejaba bastante molestia*
— Eh!!!!! estas loco ¿Verdad? ¿Quién se devolvió por las suyas? ¿Te puse una pistola para que te devolvieras? Eres un estupido y un ridiculo, vete a la mierda — Respondió molesta, estaba dispuesta a seguir comiendo su helado cuando este fue arrebatado de su mano y lanzado al suelo, aquello le había sorprendido más que nunca, estaba dispuesta a dejar salir sus colas y darle un par de golpes con las mismas, pero en ese instante este jalo de ella comenzando a arrastrarla por la casa.

— ¿Que....haces? — Preguntó molesta intentando soltarse del agarre, estaba realmente sorprendida por la actitud de este, además él jamás la había tratado de aquel modo tan brusco, solo quería alejarse de él y salir de aquella casa — Suéltame!!! Que me sueltes!!!
AkroPhoenix · 26-30, M
—No, no eres eso, eres una maldita, por que siempre que intento tener una vida fuera de aquí llegas e intentas estropearlo todo ¿Quieres irte a una orgia? No te preocupes, te daré lo que estás buscando, maldita sea…––

*El muchacho tomaría aquel helado al suelo al arrebatárselo a la fémina y de inmediato la tomaría de la muñeca con fuerza para así llevarla directamente al pasillo que conducía a las habitaciones*

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