—De nuevo volvió a hablar de dragones, parecía que a el le gustaban mucho esos seres mitológicos, más aquel pensamiento se volvió efímero cuando sintió su dedo deslizarse por el mentón, entonces observó como aquel se aproximaba al grado de quedar sus labios casi unidos, evidentemente el rostro de la joven Akari se encendió en un color rojo intenso y abrió sus ojos completamente, hasta ahora había entendido a que se refería.—

Y-Yo bueno... Creo que los besos deben ser exclusivos de las parejas, de los novios ¿N-No crees eso?

—Miró por un momento aquellos profundos ojos azules y desvió la mirada hacia un lado, aún sintiéndose avergonzada.—

—Por supuesto. Las relaciones se basan en dar y recibir, debe ser recíproco para ambas partes... a no ser que seas un dragón avaricioso que todo lo quieras. —

Enarcó una ceja al escucharla ¿Si sabía a lo que se refería no? Seguramente si, pero aún así era una agradable sorpresa que ella aceptara de buenas a primeras "esa forma" de callarla.

Volvió a sonreír divertido. Aprovechando la posición del dedo, lo acomodó mejor para poder tomar su barbilla cuidadosamente, entonces acercó sus labios a los ajenos tanto como le fue posible, prácticamente medio milímetro los separaba.

—Entonces tengo permiso para callarte cuando yo quiera ¿Verdad? ~ —Susurro sobre sus labios mientras mantenía su mirada fija en los ojos de la chica.

Eso sería ideal, que me cuide y que me sepa apreciar. Sería lindo conocer a alguien así, también yo tendría que dar mi mejor esfuerzo para estar con una persona así de buena ¿No lo crees? Muchas veces podemos pedir y pedir, pero nunca nos ponemos a pensar que podemos dar a cambio.

—Se sentía muy cómoda platicando con el, la conversación fluía maravillosamente y no tenía esa sensación de algún momento de incomodidad, aunque si se sentía una especie de tensión entre ambos ¿quizá romántica? por ello es que Akari se sentía un poco nerviosa, incluso sus pulsaciones eran más elevadas y se le notaba ligeramente sonrojada, más aún por esas caricias que oscilaban en sus cabellos.—

...

—Cuando el joven colocó su dedo sobre sus labios abrió sus parpados, algo sorprendida y de pronto su cara se puso aún más roja que antes ¿Qué le ocurría? Sin saber que hacer se puso a reír nerviosamente.—

Hahaha~ Es una buena idea, ya que suelo hablar mucho y ser muy preguntona, espero no te molest

Aquella forma de sonreír tan encantadora, golpeaba su pecho como una flecha que atravesaba las defensas de un caballero.

—Mmm... Suena a qué podría ser un grandioso chico que te hará muy feliz, pero yo añadiría algo más. Que sepa apreciarte y cuide de esa hermosa sonrisa tuya. —Por alguna razón sentía que su descripción encajaba con él o tal vez era mera coincidencia que al momento de conocerla se haya portado amable, caballeroso y hasta ahora si le ha mostrado cierto afecto, especialmente al acariciarle sus cabellos que por alguna razón o magia desconocida le gusta hacer.

—Si preguntas de más, existe una forma más divertida de callarte. — Esbozó una pequeña sonrisa divertida y llevó el índice hacia los labios ajenos haciendo en ella la seña de silencio.

Si pudiera describir a mi chico ideal... Me gustaría que fuese amable, caballeroso, que fuese cariñoso conmigo... Y que quisiera algo formal.

—Comentó casi como si una niña le estuviese pidiendo su regalo de navidad a Santa Claus, incluso hasta parecía como que no creía en lo que estaba describiendo y es que en el pasado conoció a muchísimas personas, pero jamás lograba aterrizar nada. Al posarse esa mano en su cabeza cerró sus ojitos y sonrío alegremente.—

Si pregunto de más, puedes reprenderme y me detendré... ¿Te parece bien eso?

—Ladeó su cabeza y sacó su lengua un poquito.—

—Si, justo así eres encantadora.

Con el pasar de los tiempos aprendió a apreciar la belleza humana y hasta ahora la forma en que Akari se avergüenza es su favorita, pequeña, encantadora y adorable, en el mejor de los sentidos.

Esbozó una sonrisa tranquila y extendió la diestra hacia ella acariciando sus cabellos castaños con suavidad.

—Aquí estoy Akari. Soy un libro abierto para ti. Sólo no profundices demasiado conocimiento, saber de más puede ser perjudicial.~

¿P-Piensas que soy pequeña y encantadora?

—Sin poderlo evitar la hermosa joven de cabello castaño adquirió un color rojizo en sus mejillas que no pudo ocultar, sonrío de manera encantadora hacia el varón, incluso colocó ambas manos sobre sus propias mejillas al sentirse así de avergonzada.—

Tú eres muy apuesto y encantador, además de que posees un físico muy atractivo, me gustaría conocerte más.

Se quedó pensativo un momento, era difícil responder a esa pregunta, pues por un lado, sus instintos dracónicos le pedían una hembra fuerte para que su futura descendencia también lo fuera; pero por el otro lado, su parte humana era distinto, supuso que la respuesta que debía dar era la de su forma humana.

—Pequeñas y encantadoras como tú, Akari.

¿Y a ti cómo te gustan las chicas Ryan?

—Tengo algunas respuestas para ello Akari, pero la más corta es que es subjetivo.