Escuchó atentamente mientras caminaba, realmente tenía esa inquietud por verificar lo que eran las relaciones entre humanos y sus reacciones llamadas muchas veces "emociones", más que madame por verificar si realmente eran tan inútiles como su maestro repetía ocasionalmente, o si eran motivo por la cual la humanidad era superior al sobrevivir por tanto tiempo. Cada vez tenía más curiosidad y cuestionamientos. Incluso a veces se preguntaba si realmente tenia sentimientos como los humanos demostraban.
Tras los tres pisos no se notaba cansado, mucho menos agitado en su respiración. Parecía un sitio modesto pero cómodo, y al cruzar el umbral que le llevaba al interior de dicho aposento, pudo notar aquel característico aroma que pertenecía a la anfitriona.
— Con permiso... Huele mucho a Akari.
Comentó caminando lentamente hacia la cocina, le parecía un dulce aroma y bastante cálido.
—Fue caminando por aquellas calles de ese tranquilo vencindario, tomada de la mano de Arthur, el viento era suave y fresco, atenuaba un poco el calor que hacía en esos momentos, mientras tanto le escuchaba y asentía entendiendo un poco a lo que se refería.—
Entiendo, yo también he estado bastante ocupada, entre las funciones, los ensayos y demás cosas... En cuanto a las relaciones, siempre es difícil comprenderlas, aún teniendo práctica toda la vida, yo siempre he dicho eso, es muy difícil establecer una amistad y mucho más algo de pareja, pero poco a poco te irás acostumbrando.
—Finalmente, luego de subir tres pisos del complejo departamental, llegaron a al apartamento de Akari, era de un tamaño normal, ni muy grande ni pequeño, pero estaba bien organizado, tenía el aroma de ella impregnado por todos lados.—
Llegamos, allá al fondo está mi cocina... Quizá no sea mucho, pero es suficiente para mi.
— Eso es bueno, ahorrará que tengamos que ir de compras.
Pensó en las cantidades adecuadas a usar, así como en las formas y las porciones finales. No era bastante complicado, no para él. De forma inconsciente tomo la mano de Akari, dejándose guiar hasta donde ella residía para cumplir con lo que había comentado.
— He estado bastante ocupado, el Doctor ha programado muchas actividades y los viajes han sido constantes. Las relaciones humanas siguen siendo complicadas... me confunden aún más cada que creo descubrir algo.
Claro, entonces que sea en mi casa, tengo todo listo, acabo de ir al supermercado hace poco.
—Se notaba bastante entusiasmada, su sonrisa se mantenía amplia y es que Arthur había sido la única persona constante en la vida de Akari, al menos eso recientemente, a pesar de que éste fuera un tanto serio e inexpresivo, siempre se mostraba amable. Tomó la mano del joven con la propia y ambos comenzaron a caminar rumbo al apartamento de hermosa mujer castaña.—
Dime Arthur ¿Cómo has estado? ¿Tienes alguna novedad o avance en tu conocimiento de las relaciones humanas?
— Claro, si deseas algo especial, puedo hacerlo sin problema alguno.
Agrega con modestia, realmente nada se le complicaba al ser creado para servir, especialmente en las tareas más comunes como loneran atender las necesidades de su maestro.
Pensó por un instante en las opciones, considerando que habría gran inconveniente el hacerlo ennsu casa, ya que habían cosas muy extrañas, sin mencionar un desorden considerable.
— Si no es molestia, podría ser en tu casa, no he podido limpiar adecuadamente el lugar.
¿Cocinarías para mi? ¡Que lindo! Nunca nadie ha cocinado para mi. —Estaba costumbrada a comer cosas compradas o preparadas por ella por el tiempo que pasaba en el teatro, así que comer algo casero sería un apacho al corazón, le hizo sonreír indudablemente. — ¿Quieres ir a mi casa o lo hacemos en la tuya? ~
