AizenSosuke1564076 is using SimilarWorlds.
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"Debes comprender que la admiración es el sentimiento más alejado de la razón."
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About Me
anterior capitán de la Quinta División del Gotei 13. Más tarde, abandona la Sociedad de Almas con sus seguidores, Gin Ichimaru y Kaname Tōsen. Su teniente fue Momo Hinamori. Anteriormente fue el teniente de la Quinta División bajo Shinji Hirako. Tras librar una guerra contra la Sociedad de Almas con un ejército de Arrancar, Aizen fue derrotado por Ichigo Kurosaki y sellado por Kisuke Urahara, y más tarde encarcelado por sus crímenes.


Aizen es un hombre alto, de cabello y ojos castaños. En la Sociedad de Almas llevaba unas gafas negras y un peinado con raya en el sector derecho de su cabeza, que le conferían un aspecto amable. Sin embargo, al mostrar sus verdaderas intenciones y marcharse al Hueco Mundo, Aizen cambia radicalmente de aspecto, rompiendo su haori de capitán, que en su caso tenía anchas mangas, desechando los lentes y cambiando a un peinado hacia atrás con un mechón que atraviesa su rostro casi por el medio. Más tarde, ya en el Hueco Mundo, viste al estilo de los Arrancar, con largas vestiduras de color blanco y bordes negros, a las que añade, quizás para demostrar su preeminencia sobre el resto, un grueso cinturón de tela purpura. Conforme su evolución avanza sus ojos se hacen completamente purpuras y su cuerpo se vuelve completamente blanco en lo que se denomina la etapa Crisálida, y en su interior pareciere no haber nada ya que está en plena formación.



Luego de que la etapa termina se puede notar que su cabello ha crecido gradualmente, y que sus ojos han adquirido un iris blanco mientras la esclerótica se vuelve púrpura. En su penúltima transformación su aspecto vuelve a cambiar surgiéndole alas y un tercer ojo completamente negro y cerrado. Su pelo parece haberse vuelto más largo, sus cejas desaparecen, y le surge un agujero en su pecho donde en el centro de una cruz sobre este se puede apreciar el tesoro que le da su fuerza, el Hōgyoku. Finalmente el cambio más drástico se da en su última evolución, en la cual se incrementa el número de agujeros hasta 3, con el Hōgyoku flotando en el agujero central, la piel de su rostro habitual se contrae hacia los laterales de su cara, dejando su rostro totalmente negro, sus ojos son completamente blancos y sus dientes ahora son visibles a simple vista. De sus alas nacen ojos, y en sus extremos superiores parecen surgir máscaras Hollow únicamente provistas de bocas, de las cuales puede lanzar ceros. Su atuendo pasa a ser de una túnica Blanca a formar parte de su propio cuerpo consecuentemente sus manos y piernas tornan el aspecto de feroces garras de un color negro, y fusionada en su brazo derecho se encuentra Kyoka Suigetsu, la cual, al igual que las manos y pies de Aizen, se vuelve negra.


Luego de su derrota a manos de Ichigo Kurosaki, Aizen pierde todos los cambios físicos hechos por el Hōgyoku y regresa a la forma que poseía antes de transformarse.


Tras su liberación durante la guerra en contra de los Quincy, se puede apreciar un drástico cambio en su apariencia. Su cuerpo ahora se encuentra recubierto de múltiples sellos, los cuales toman la apariencia de un largo traje negro (con lo que parece ser una cremallera que va desde la parte superior hasta el final del mismo), que le llega hasta por debajo de las rodillas, dejando únicamente el lado izquierdo de su rostro al descubierto. En adición a esto, utiliza unas botas negras simples y una especie de pañuelo andrajoso blanco alrededor de su cuello.



Pese a haber una posición de gran autoridad y ser actualmente el principal villano de la serie, Aizen es sorprendentemente amable y cortés con todos sus interlocutores, aliados, incluso enemigos. Su forma de hablar es lenta y pausada, y su rostro suele mostrar siempre una calma apacible, como si todo lo que ocurriese a su alrededor lo tuviese planeado de antemano. De hecho, muy pocas veces ha mostrado signos de alarma o sorpresa, pareciendo sacar partido de cualquier suceso, incluso los planes que son elaborados en contra suyo. En la Sociedad de Almas, todos consideraban a Aizen como uno de los capitanes más agradables y respetados, así como querido y admirado por todos los Shinigami, en especial sus más directos subordinados. Esto, sin embargo, era una muestra más de su naturaleza peligrosa y manipuladora, que fue capaz de proyectar una imagen totalmente distinta a la que tiene en realidad. El verdadero Aizen se preocupa poco de aquellos que le sirven (tanto en el pasado como en el presente), y les ve como simples piezas en un enorme juego de ajedrez. Según sus propias palabras, no se ve afectado por ningún tipo de ética o moral, que ve como innecesarias restricciones a su potencial. Así, Aizen carece de todo tipo de honor y compasión, no dudando ni un solo momento en utilizar e incluso asesinar a tantas personas como le sean necesarios para alcanzar sus objetivos, una de sus actuaciones mas viles es la de simular su propia muerte para que Momo Hinamori se vea forzada a atacar a Tōshirō Hitsugaya su mejor amigo de la infancia por la muerte de su amado capitán.


La megalomanía de Aizen llega hasta unos límites difíciles de imaginar, al considerar que sólo los débiles necesitan confiar en algo o en alguien, pues para ellos es imposible vivir sin obedecer a alguien que esté por encima de ellos. Partiendo de la idea de que una persona necesita de otra superior a él en la que confiar, ésta última a su vez en otra, y así sucesivamente, Aizen afirma que una cadena de sentimientos de este tipo da lugar a los dioses, algo que no duda en considerarse al estar en la cúspide de esta jerarquía. Sin embargo, y a pesar de la más que asombrosa personalidad pasiva de la que hace gala, también ha demostrado ser alguien a quién no le hace ninguna gracia que el resto de personajes se le opongan de manera que ellos mismos se consideren superiores a él, un ejemplo de ello se demuestra en su batalla contra Ichigo en Karakura cuando, a pesar de haber sobrepasado tanto a Shinigami y Hollows, el protagonista principal le hace frente y consigue incluso humillarle, forzando su propia evolución, siendo aún incapaz de superar a Ichigo, algo que le irrita hasta el punto en que se muestra el lado más furioso y receloso de Aizen por considerar que Ichigo, siendo un ser "inferior" estuviera en un plano superior al del propio Aizen. También se muestra furioso al extremo cuando Urahara le sella y le recrimina por someterse al rey, siendo consciente de su más que impresionante intelecto y capacidad para realizar lo que se le antojase, pero que no lo hace dando un punto de vista que contrasta con el del propio Aizen, enfureciéndole aún más.