*En un abrir y cerrar de ojos, Rera dio un salto en seco hacia atrás y logró caer justo en el fornido lomo de Shikuru, el hermoso lobo siberiano que le acompaña, mientras desenvainó su espada kodachi, y de pronto, en menor instante a un segundo, la cabeza de aquel sujeto rodó por el boscoso suelo hasta caer a los pies de sus demás seguidores que estaban de acuerdo con engañar al albino. Los gritos de los individuos no demoraron en fracturar el silencio del tranquilo ambiente que rodea el bosque y convirtiéndose en música para los oídos de ella. Acto por seguir, Rera embozó una ligera sonrisa a medio labio, y por consiguiente, les dio caza logrando seguir a éstos mediante el mortífero filo de su espada.*
*Piernas, brazos, manos, órganos vitales e incluso cabezas tiñeron el tranquilo sendero que todo comerciante y viajero sigue para llegar al próximo pueblo. Tan solo 3 de los que acompañaban al joven Aizen y los demás individuos ahora destazados, lograron sobrevivir al cruel castigo que imparte la jovencita. Indudablemente, era una pequeña minoría, pero en su no defecto, Rera sabe que esos hombres a los que les perdonó la vida eran inocentes, y por ende, cumplirían su palabra al albino. Minutos más tarde, la chica giró su mirada al albino sin contestar a las palabras de éste, su única respuesta es aquella mirada fría, irascible y perversa que se logra esconder tras el manto de aparente "inocencia" que su rostro simula.*
