—Tuvo que contenerse, pues Emma estaba presente, y sus mejillas se ruborizaron del enfado. Retrajo su mano, y se cruzó de brazos, sacándole la lengua a Draken.— Oi, BoKen! —señaló entonces la parte de atrás de su bicicleta, hacia la canasta llena de arreglos.— Si te apresuras a entregar esto, podrás acompañar a Emma-chan a hacer las compras, así entrego yo lo de mi canasta delantera, y podré ir a comer ramen y a leer mangas. —dijo, orgullosa, aunque la idea realmente había sido de Emma, pero era su forma de distraer toda la tensión que ella misma había creado.—

— ¡Ya te dije que se me hizo tarde, no me hagas repetirlo! — Frunció el ceño y una vena se asomó por su frente, algo que siempre ocurre cuando comienza a enojarse, afortunadamente estaba Emma ahí y el simple hecho de oír su voz le ayudaba bastante a calmarse.
— Ya veo, me encantaría ayudarte con las compras pero creo que me presento en mi otro trabajo esta señorita no me dejará en paz. —
Señaló a Airi de mala gana al decir eso último. Se sintió completamente indignado por la pregunta de Emma, pero trató de disimular su incomodidad.
— ¡No me quedé dormido! Es solo que he tenido más trabajo en el taller estos últimos días. —

No pudo evitar reír al ver el trato entre ambos. Todo parecía indicar que había confianza entre el rubio y su amiga. Además de que, encontraba bastante divertido el hecho de que Airi trate de ese modo tan casual a Draken o a Mikey. Es un gran contraste a cómo suele tratarles la mayoría.
— Calma, Airi, al menos ya llego. Eso debería aligerar tu trabajo, ¿no? —
Rápidamente le dio un fuerte abrazo al chico, soltándolo unos breves instantes después.
— ¡Hola! Ahora estoy muy bien. Pues, voy camino a ir a comprar unas cosas para la casa. He estado limpiando pero creo que ya hace falta una limpieza más profunda. — Giró para ver frente a frente a Airi, guiñándole un ojo; cómo si tratara de recordarle las fotos que había encontrado hace poco. Pero aun tenia una pequeña duda.
— Draken, ¿te quedaste dormido?—

—Asintió con efusividad, y estaba a punto de soltar una verborrea al respecto, sorprendida de que Emma no supiera del trabajo de Draken. Pero la voz del más alto la detuvo, la hizo quedarse con las palabras en la boca, y voltear en movimiento rápido, con esa cara malhumorada que solía llevar.— ¡A ti te estoy llamando holgazán! Mattaku! —se quejó, y lo señaló acusatoriamente.— ¡No podré ir a leer mangas por tantas entregas!

Hizo acto de presencia por detrás de Airi con ambas manos metidas en los bolsillos de su chaqueta, le miró con el ceño fruncido denotando así su enojo por sus comentarios. — ¿A quien llamas holgazán? Sólo se me hizo tarde, es todo. — Comenzó a caminar hacia la rubia mientras rascaba su nuca. — Hola Emma, ¿Vas a algún lado?

Estaba un tanto sorprendida por lo que le decía la azabache. ¿Draken trabajaba en la florería? Eso sí no lo vio venir. — N-no en realidad, yo sólo iba pasando... Entonces, ¿Draken es repartidor en la florería? Espero que haya faltado por una buena razón. — Respondió entre molesta y preocupada. Y no era para menos; sabía que el rubio era un chico bastante responsable así que, sí faltó, debía ser por un buen motivo,.

—Se giró sorprendida para encontrarse con la rubia, y le dedicó una sonrisa algo floja.— Ah, Emma-chan, tengo que hacer una entrega. —dijo, parpadeando un par de veces, mirándola fijamente.— Qué sorpresa verte por aquí. —mencionó, y la miró de soslayo.— ¿Vienes a buscar a BoKen? Por que si es así, te aviso que ese holgazán no vino a trabajar, tsk! —se quejó, frunciendo el ceño, y cruzándose de brazos.— ¡Ahora yo tengo un montón de entregas!

¡Airi! ¿¿A dónde vas??