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EmmaSano · F
Casi por instinto sujeto la mano de su amiga, y la observó anonadada mientras escuchó con atención cada una de sus palabras. ¿Había regañado a Mikey? ¡Vaya! Eso no lo hacia cualquiera. Sintió cómo aquella preocupación que sentía por la ausencia de su hermano desaparecía, aunque sea un poco. Después de todo, aunque era la menor de los hermanos Sano, había tomado, de un modo u otro, el papel de cuidadora. Ya el abuelo era un hombre mayor y Mikey pues… era Mikey. Una sonrisa nació en su rostro, acompañado de unas discretas lagrimas de alegría ante el apoyo de la azabache. — ¿En serio dijo eso? ¡Más le vale cumplir con su palabra o tirare su toalla fea! — río, mientras limpió su rostro con una servilleta rápidamente. — Y sí, a la próxima te diré y le reclamamos entre las dos. —
AiriSato · 18-21, F
Iiyo, Emma-chan. Puse a Manjiro en su lugar, prometió no volver a desaparecer así, prometió no volverte a preocupar de esa manera. —dijo con certeza, sonriendo con seguridad, recordando la última plática que había tenido con el rubio.— Y si lo vuelve a hacer... Sólo dímelo, ¡y lo pondré en su lugar! —su rostro se volvió tan astuto como siempre, tratando de animar a su amiga.—
AiriSato · 18-21, F
—La realidad era que a Airi no le sorprendía demasiado saber que Manjiro en casa solía ser infantil, pues la realidad era que ella lo conoció en un ambiente más cotidiano, más bien, le costaba trabajo imaginarlo como el líder de la ToMan. Aunque sabía que era fuerte, sólo podía pensar en el adormilado, perezoso, caprichoso, infantil, y terco. Asintió con efusividad ante la aparente invitación de Emma, antes no había querido ir por pena a encontrarse ahí a Manjiro, pero ahora quería ir y darle un buen susto al sorprenderlo siendo un total bebé de casa. Sin embargo, la preocupación de Emma casi le borró la sonrisa del rostro. Siempre supo que todos se preocupaban por Mikey, y por un momento, volvió a enojarse con él por desaparecer así, y por preocupar de esa manera a Emma. Estiró su mano por la mesa, y tomó la de su amiga con confianza.—
EmmaSano · F
— Oh, también tengo en casa un par de fotos que no me dejaría mostrarle a nadie. ¡Cuando quieras ir a mi casa, eres bienvenida! Al abuelo seguro le dará gusto conocerte. Ya le hable un poquito de ti. — La idea de llevar a su amiga a su hogar le emocionaba demasiado. Además de que sería una oportunidad de fastidiar a su hermano, si es que se encontraba en casa. — Y tienes razón, es cómo un gato. Va y viene cuando quiere. Tendríamos que ponernos de acuerdo porque a veces pasa días sin llegar a la casa. Ya me tiene bastante molesta con ese tema. —De la diversión pasó a la molestia. Apoyó su brazo sobre la mesa, para así poder recargar su rostro en su mano, mientras trataba de recordar la última vez que vio al rubio en casa tranquilo. — Creo que es de las pocas cosas que no me gusta de que este en esa pandilla. Aparte de cuando llega golpeado, pero al menos ahí regresa. —
AiriSato · 18-21, F
—La adolescente se carcajeaba sin control, pequeñas lágrimas se le asomaban de la risa, y tenía las manos sobre su estómago. El barista regresó a sus labores, y las dos chicas se reían como pocas veces.— Emma-chan, arigato, ¡ni siquiera puedo imaginarlo! Deberíamos espiarlo durante una pijamada, ¡eso sería todavía mejor! —sugirió con cierta malicia infantil, mientras se limpiaba las lágrimas.—Aunque, si te soy sincera, imaginaba algo así por sus formas infantiles. En serio, Manjiro es más gato que persona.
EmmaSano · F
La expresión sería que tenia, no tardo en irse por la borda ante un estallido de risas. Cualquiera que las escuchara en ese momento, voltearía a verlas sin dudar. Casi escupía su bebida pero logro contenerse antes de proseguir con la platica. — ¡Moría por decirle esto a alguien! Yo se que Mikey es el líder y todo eso, pero en casa sigue siendo un niño. — una enorme sonrisa se dibujo en su rostro, satisfecha por haber logrado su cometido de filtrar aquella información privada.
AiriSato · 18-21, F
—Estaba tan concentrada como cuando Toyokuni le explicaba esas complicadas fórmulas químicas, ni siquiera parpadeaba. Pero cuando escucho a Emma decir aquello, quedó boquiabierta, y parpadeó un par de veces confundida.— Una… ¿cobijita? —repitió, incrédula, y aunque Emma se retiró un poco, ella siguió en esa posición, encorvada en secrecía. Bajo, el rostro, y este se le ensombreció, entonces su cuerpo pareció comenzar a temblar, aquella escena daba escalofríos, o al menos eso pensó el barista, que estaba atento a la reunión de las chicas. Y de pronto, Airi dejó escapar una carcajada estruendosa e infantil que la hizo echarse hacia atrás, de la risa.— ¡Sí que es un chibi-doji! Bahahahahaha!
EmmaSano · F
— Peor que un peluche. Eso al menos creo que tiene más sentido al tratarse de un juguete pero... Mikey necesita dormir sí o sí con un trapo viejo que el jura es una cobijita. — Asintió ante tremenda declaración, finalizando con un sorbo a su smoothie, el cual cortaría el suspenso de la situación. — Ni te digo el drama que es pedirle que la lave. — El desagrado era notorio en su rostro. Jamás había entendido el apego por esa toalla sucia.
AiriSato · 18-21, F
—Asentía con efusividad ante todo lo que Emma decía, su semblante era serio, como si estuvieran hablando de una cuestión de vida o muerte. Cuando la rubia acortó la distancia entre ellas, Airi hizo lo mismo, haciendo de lado su bebida, y deslizándose sobre la mesa para escuchar aquello.— ¿Algo? —repitió, y su ceño se frunció un poco más, entonces se le dibujó una sonrisa maliciosa.— Algo como…. ¿Un peluche?
EmmaSano · F
Espero impaciente por su compañera. Desde su lugar no dejaba de darle miradas fulminantes al pobre trabajador. Ni siquiera se imaginaba él la urgencia de este par por tirar un buen chismecito sobre cierto rubio. Una vez que Airi llego con el pedido, sonrió emocionada, y dió un sorbo a su smoothie antes de comenzar. — Nee, Airi. Pues ya sabes que Mikey es bien rudo y le gusta pelear y todo eso, ¿No? Pero esto y segura que no te imaginabas que necesita ''algo'' para poder dormir. — Murmuró mientras se inclinaba sobre la mesa, en un intento de acortar la distancia con la azabache. Como si se tratara de algún secreto del gobierno.
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