—Se quedó callada, ese rubio perezoso siempre lograba dejarla sin palabras y dubitativa de todo lo que podía decir. Sentía como si sus amenazas ya no tuvieran efectos sobre él, y apretó el edredón debajo de sí misma, mordiéndose el labio inferior.— Baka, quizá me gustarías si no te fueras así. —dijo en un murmullo, casi como un reclamo, pero su corazón latía fortísimo, se sentía intranquila.—

— Sé que te gustó, así como tú me gustas a mí — Nuevamente aseguró.

Se atrevió a soltar eso ya que dentro de unos instantes debía terminar la llamada. A lo cual suspiro un poco al otro lado de la línea y aguardó a la respuesta.

Ba-baka! ¿De donde sacas que me gustas?! ¿Acaso estás buscando una paliza?! —reclamó gritando, completamente roja del rostro por la agitación; su familia entera podía escucharla con tanto alboroto. Y a pesar de estar entre el enojo y la vergüenza, algo dentro de ella la hacía sentirse un poco más tranquila al escuchar que, después de todo, parecía ser el mismo de siempre.—

— Porque te gusto— Aseguro de la forma más descarada posible ante las palabras de la azabache, al otro lado de la línea parecía estar de lo más divertido.
Luego su atención fue puesta en un pensamiento que surgió de repente y sintio un peso incómodo en el pecho al pensar que pronto tendría que colgar.

Na-nani itte iru?!?! —estaba contraída de la vergüenza, ni siquiera le había prestado atención a la reacción del rubio ante sus palabras, pues la interrogante de este simplemente la había descolocado; después de todo, jamás había tenido un novio.— ¿Por qué serías tú mi novio, baka?!

— ¿No es tu novio?, Entonces... ¿Soy yo tu novio?—

Soltó sin más, pero las últimas palabras de la azabache lograron fastidiarle un poco y por eso soltó un pesado suspiro. No iba a ahondar en el tema, puesto que seguramente Airi debería saber cuánto le fastidiaba eso de qué no le diera el mismo valor que él a la ToMan.

—La respuesta tan directa del rubio la hizo recuperar su agresividad que tanto la caracterizaba, y poco a poco regresaban a la normalidad, entre peleas y reclamos.— O-oi! ¡Nishimura-senpai no es mi novio, baka! ¡Y no vayas diciendo eso por la vida! Nos puedes meter en problemas, mattaku! —se quejó, y de un salto estaba al borde de su cama, con las mejillas completamente enrojecidas.— Además, tú te lo pierdes, definitivamente nuestros partidos son mejores que esas aburridas reuniones de delincuentes. —aseguró con orgullo.— Quizá hasta serías bueno jugando si lo intentaras.

La energía de la azabache le hizo sonreír al otro lado de la línea, su voz fue como un remanso de paz para él y el montón de pensamientos fueron barridos al saber cada cosa positiva que ella le contaba.

— Me enteré de eso, no he ido a verte por ocupaciones de la ToMan. También porque tu novio - senpai me hace sentir celoso— Trató de bromear con esto último pero no evitó gruñir un poco.
Sin embargo, se quedó en silencio al escucharle hablar.

—Sintió una pesadez inusual en el tono en el que el rubio le respondió, y por un momento se sintió culpable. Carraspeó para quitarse esa sensación, y se irguió en la posición en la que estaba.— ¡Por supuesto que he estado bien! —aseguró, enérgica, pero sobre todo orgullosa, pues no admitiría de nuevo que en realidad estuvo preocupada; en el fondo sabía como era la vida de los delincuentes.— He estado entrenando mucho, hemos avanzado en las regionales, ¿sabes? También he tenido que estudiar bastante, pero cada vez entiendo más cosas. —explicó con más energía, como si tratara de cambiar el ambiente entre ellos, pero el silencio ajeno la ponía un poco nerviosa.— Nee, chibi-doji….

Frunció el ceño.
Nuevamente evidenció su teoría de lo bien que estaría ella sin él en su vida, sintió ese indescriptible peso en el pecho y agradeció estar solo para que nadie notase su entristecido gesto en el rostro.

—. . . Ya veo. — Soltó a secas. — ¿Tú estás bien?— Cuestionó realmente interesado en su respuesta.