¡Por supuesto que no podía no preocuparse por el enano! ¿En qué pensaba cuando le decía esas cosas? Tuvo ganas de golpearse la cabeza, pero se aguantó, tratando de contener sus gestos, y al escuchar la preocupación de la rubia se mordió el labio inferior. —Tsk, Emma-chan, eres demasiado buena para ese par... —resopló. Entonces deshizo su cruce de brazos, y tomó tan gentilmente como pudo a la rubia de la mano.— Ikuso, Emma-chan, compremos cosas lindas, y hablemos mal de esos tontos. —una sonrisa astuta iluminó su rostro con cierta emoción que era difícil de ver en ella. No quería pensar demasiado en lo conflictuada que se sentía al estar involucrada con los de la ToMan, agradecía mucho al menos tener una amiga como ella gracias a eso.— ¿Qué quieres comprar para ti? ¡Te verías muy linda con tooooodo!
Se cruzó de brazos, mientras pensaba en las palabras de la pelinegra. — Bueno, no puedo no preocuparme por Mikey, siempre será mi hermano. — Emma, aunque en un inicio, se enojaba por la ausencia del rubio, tras analizar la situación llego a la conclusión que debía tratarse de un tema serio. — Sólo espero que no este metido en líos, y que sepa que siempre puede volver a casa. Y ojalá no meta a Draken en sus estupideces. Ahí sí le irá mal. — resopló, de solo imaginar a su novio metido en problemas mayores por alguna mala decisión de Mikey. Y lo peor es que era un pensamiento bastante cercano a la realidad.
Na-nanda to? Y-yo no salgo con pandilleros, tsk! —se quejó, pero no con la agresividad que solía tener con el resto, más bien avergonzada, cruzándose de brazos par disimular la pena que sentía.— Además, no merece que te desgastes tanto, ¿sabes? Ese chibi doji malagradecido que desaparece no merece tanta preocupación. —frunció el rostro, siendo incapaz de disfrazar el enojo que le causaban las ausencias prolongadas del rubio.—
No pudo evitar reír ante la posición que tomó su amiga, a lo que decidió seguirle un poco el juego. — La misión de hoy es comprarle alguna chamarra, o sudadera a Mikey, si no lo compro yo, seguro andaría vistiendo trapos viejos. Ha de pensar que la ropa que tiene aparece sola. — refunfuño un poco al pensar en el irresponsable que tenia por hermano mayor, pero al escuchar el cumplido de su amiga, trato de retomar una sonrisa. — Necesita algo que no lo haga parecer pandillero cuando salga por ahí contigo. —
Haaaaaaaai! —se llevó la diestra en forma de saludo militar a la frente, como si respondiera a un Coronel. Pero no aguantó, y deshizo su saludo al ver a la rubia siendo tan bonita y femenina.— Kawaii, Emma-chan!
