—Atónita, miraba al rubio alejarse despreocupadamente, con esa sonrisa absolutamente molesta, y aunque parecía que había ganado la confrontación… ¿Por qué sentía que había perdido? Refunfuño para sí misma, y tras darle la espalda al rubio, caminó enfadada en dirección contraria a este, con las manos rígidas del enfado.— Mattaku! ¿Quién demonios se cree para ser tan insolente?! Me las pagará la próxima vez…. —musitó entre dientes, como si esa fuera la única forma que conocía para ahogar los estrepitosos latidos de su corazón, o para sobajar el rubor en su rostro.—

Sonrió de medio lado, casi con picardía para luego hundir las manos entre los bolsillos, se separó de la pared en la que estaba y bostezó como era a veces su costumbre.
Había ganado por ésta vez y por eso decidió dar unos pasos para irse.

— ... —

—Saltó como gato, echándose un par de pasos hacia atrás, y su rostro era completamente rojo. Sus ojos estaban bien abiertos, y sus labios apretados.— Na-nani o itte iru?! ¿Po-porqué dices algo como eso tan súbitamente?! —trató de mantener la calma, aunque su cara la delataba, pero mantenía sus manos rígidas sobre su cintura.— Tsk! Tendrías que ser ciego para no notarlo.— le sacó la lengua.—

— ¿Ah?, Ya lo había notado, por eso te he fastidiado desde que te conozco.... Lenta— Ahora fué él quien canturreó lo último, buscando ponerle más roja.

—La seriedad del rubio la hizo sentir expuesta, y quizá avergonzada por la inherente burla que había expresado. Tragó saliva, y se hizo hacia atrás, cruzándose de brazos, levantando el rostro con cierto orgullo, y las mejillas aún ruborizadas.— Mngh… —desvió la mirada y frunció los labios.— Así que… ¿a penas te das cuenta de lo atractiva que soy? Mattaku! Sí que eres lento…

— Hmm... Cómo quieras — Dijo sin un apice de burla o sarcasmo en sus palabras, incluso en su gesto.
Realmente hablaba enserio y en parte se sintió algo vulnerable por haber soltado aquello con tanta sinceridad que fue tomado por broma.

—Le miró con incredulidad, como quien no planea caer en la más ruin de las trampas, y se cruzó de brazos, frunciendo los labios.— Ah, ¿sí? —cuestionó con intransigencia, y acercó su rostro al ajeno, mirándole de soslayo, como si quisiera atraparlo en la mentira.— No te creo, te conozco bien, y siempre juegas con ese tipo de cosas, baka.

— Ésta vez no estoy bromeando— Soltó sin más, incluso su sonrojo se disipó al ver la forma en la que ella actuaba y hallo gusto al ver su gesto sonrojado. Esto le hizo sonreír un poco y continuar tan cercano a ella pero temia en verla demasiado al punto de hacerla sentir incomoda.

—La respuesta tan directa y sin tapujos la hizo sonrojarse de una, y sus ojos de abrieron grandes, a la par que sus labios se apretaban en una mueca de estupor.— Na-nani o itte iru, chibi-doji?! ¿Crees que me dejaré molestar por ti? Mattaku! —su orgullo la hizo cruzarse de brazos, y desviar la mirada.— Siempre tienes que ser tan infantil.... Tsk! —refunfuñó, quejándose entre dientes, como si lo dijera para sí misma, sin embargo, las mejillas le brillaban de color rojo.—

Abrió los ojos al notar esa cercanía y no evitó revelar un rubor en sus mejillas — Hoy te ves particularmente atractiva— Soltó y se vio en él un dejó de timidez.