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AiriSato · 18-21, F
Estuvo a punto de protestar, pero ver a Tanizaki tan avergonzado y sobresaltado por las burlas, la hizo simplemente unirse al eco de risas y burlas que los demás hacían. No parecían malos tipos, después de todo, tan sólo eran un grupo de adolescente inmaduros con sueños de grandeza irracional.
La campana sonó y la azabache se irguió mirándoles a todos aún sonriente.
—Hajimemashite, minna. Sato, Airi Sato. Yoroshiku onegai shimasu.— dijo sin más.— Miyamoto, iku so. Es hora de ir a clase.—
Y tras darle una última mirada satisfecha al rubio, se giró sobre su eje, comenzando a caminar en dirección a su aula. Ver a Toyokuni sobresaltarse y sonrojarse de esa manera, le recordó algunas situaciones graciosas que habían vivido cuando eran niños y sonrió genuinamente alegre, regocijándose en el inesperado momento de gozo que jamás espero tener en ese primer día de clases en Seika Gakuen. Este era el inicio de su nueva vida.
La campana sonó y la azabache se irguió mirándoles a todos aún sonriente.
—Hajimemashite, minna. Sato, Airi Sato. Yoroshiku onegai shimasu.— dijo sin más.— Miyamoto, iku so. Es hora de ir a clase.—
Y tras darle una última mirada satisfecha al rubio, se giró sobre su eje, comenzando a caminar en dirección a su aula. Ver a Toyokuni sobresaltarse y sonrojarse de esa manera, le recordó algunas situaciones graciosas que habían vivido cuando eran niños y sonrió genuinamente alegre, regocijándose en el inesperado momento de gozo que jamás espero tener en ese primer día de clases en Seika Gakuen. Este era el inicio de su nueva vida.
User1579061 · M
—¡Que están diciendo ustedes! Claro que no somos pareja ni primos, solo fuimos amigos de la infancia...—se había puesto rojo cual tomate, al punto de casi infantilmente alzar sus manos hacía arriba, una y otra vez. Hacía una cruz, negaba todo de formas tan exageradas que parecía ser un delito.
Todos reían por eso, mientras que los demás le daban la razón a la situación que era un tanto confusa, pero luego simplemente pasó a ser una especie de broma sobre ellos en la comida. Toyo estaba muy exhasperado.
—¡Ya! Basta de reírse, soy su capitán...—pero también de nervioso la risilla se les escapaba, formándose un ligero eco entre los ruidosos pandilleros. Pronto la cosa paso, pero todavía seguía igual de incomodo ya que hace mucho que no le hacían una broma por ese estilo.
La campana sonó, dando señal del fin de receso. Las risas fueron suspiros de lamento.
Todos reían por eso, mientras que los demás le daban la razón a la situación que era un tanto confusa, pero luego simplemente pasó a ser una especie de broma sobre ellos en la comida. Toyo estaba muy exhasperado.
—¡Ya! Basta de reírse, soy su capitán...—pero también de nervioso la risilla se les escapaba, formándose un ligero eco entre los ruidosos pandilleros. Pronto la cosa paso, pero todavía seguía igual de incomodo ya que hace mucho que no le hacían una broma por ese estilo.
La campana sonó, dando señal del fin de receso. Las risas fueron suspiros de lamento.
AiriSato · 18-21, F
—Me sentiría ofendida si no supieras pelear después de todo lo que te enseñé.— dijo con malicia, aunque en realidad estaba sorprendida por la adquirida autoconfianza del ahora rubio, y no sólo eso, sino por el respeto que parecía imponer ante los demás. Por primera vez, se preguntó qué tanto había vivido Toyokuni para cambiar de aquella manera.
La pregunta de uno de los chicos la tomó por sorpresa y la hizo fruncir el ceño el automático.— ¿Ah?! —exclamó, mirándole con desagrado, y luego mirando al otro que aseguraba que eran primos. En ese momento se dibujó una sonrisa torcida en sus labios.— Ara... No realmente. —dijo dudando por unos segundos, llevándose un mechón de cabello detrás de la oreja.
La pregunta de uno de los chicos la tomó por sorpresa y la hizo fruncir el ceño el automático.— ¿Ah?! —exclamó, mirándole con desagrado, y luego mirando al otro que aseguraba que eran primos. En ese momento se dibujó una sonrisa torcida en sus labios.— Ara... No realmente. —dijo dudando por unos segundos, llevándose un mechón de cabello detrás de la oreja.
User1579061 · M
—¿Que si se pelear? Soy el más fuerte de la escuela, tenlo por seguro...—afirmó con todo el orgullo posible, pues nadie parecía desafiarlo. Quizás Airi, pero jamás se le ocurriría ponerle una mano, ya que por más que tanto de niños como ahora peleaban, y que tanto como antes y ahora ella podía patearle el trasero, Toyo la veía como una mujer, y por ende, la subestimaba.
—Claro que puedo, no sería una pelea como en esos tiempos...—dijo con confianza, aunque la verdad es que de pequeño no se restringía en nada, e igual así perdía. A decir verdad, Toyo estaba muy feliz con sus amigos, jamás había sido muy bueno hablando y ahora además de respetarle, le oían con atención sus cosas. Hasta respetaban su turno de hablar.
—¿Y ustedes salen o salían? —preguntó uno de ellos, de forma despreocupada. Ya que no entendían de que iba el asunto. Otro le corrigió, como si supiera—. Son primos ¿no lo ves? Baka.
—Claro que puedo, no sería una pelea como en esos tiempos...—dijo con confianza, aunque la verdad es que de pequeño no se restringía en nada, e igual así perdía. A decir verdad, Toyo estaba muy feliz con sus amigos, jamás había sido muy bueno hablando y ahora además de respetarle, le oían con atención sus cosas. Hasta respetaban su turno de hablar.
—¿Y ustedes salen o salían? —preguntó uno de ellos, de forma despreocupada. Ya que no entendían de que iba el asunto. Otro le corrigió, como si supiera—. Son primos ¿no lo ves? Baka.
AiriSato · 18-21, F
—Eh... ¿Clases de box? ¿Eso significa que ahora sabes pelear, Toyo-kunii?— preguntó ladina, codeándole las costillas, mirándole curiosa.— ¿Crees que me puedas ganar ahora?— cuestionó con ese rostro astuto que adquiría cuando lo retaba o lo molestaba.
Cualquiera que fuese la respuesta, y aunque su sonrisa era ladina, en realidad sentía alivio al verle rodeado de amigos. Jamás le conoció ningún amigo mientras eran niños, así que estaba segura de que el abuelo estaría un poco más tranquilo, tanto como ella, de saber que no estaba solo.
Cualquiera que fuese la respuesta, y aunque su sonrisa era ladina, en realidad sentía alivio al verle rodeado de amigos. Jamás le conoció ningún amigo mientras eran niños, así que estaba segura de que el abuelo estaría un poco más tranquilo, tanto como ella, de saber que no estaba solo.
User1579061 · M
Todos alzaron sus hombros al unisono: Ni idea. Nadie pensaba en esas cosas, la mayoría eran chicos ricos o simplemente clase media alta que no tenían ni noción del porvenir. Cosa básica, algo que solía representar a su banda era la total coherencia con el futuro. Repartieron los panes, mientras que esperaba que Airi recibiera el suyo, se pusieron a comer ahí nada más. Toyo con el propio primero lo abrió, sin comer aún.
—Nos conocimos en las clases de Lucky-sensei, nuestro profesor de boxeo...—dijo con cuidado uno de los pandilleros, que comía de forma algo atolondrada, y desesperada—. Ni idea cuanto tiempo paso, pero fueron unos...¿tienen idea, chicos?
Todos negaron, claro, parecían ser décadas, cuando a lo sumo eran dos años.
—Nos conocimos en las clases de Lucky-sensei, nuestro profesor de boxeo...—dijo con cuidado uno de los pandilleros, que comía de forma algo atolondrada, y desesperada—. Ni idea cuanto tiempo paso, pero fueron unos...¿tienen idea, chicos?
Todos negaron, claro, parecían ser décadas, cuando a lo sumo eran dos años.
AiriSato · 18-21, F
—¿Y de qué piensan vivir? ¿Ah? ¿De dónde piensan ganar dinero para vivir?— esta vez lo dijo más como un regaño, mirando a todos los presentes que habían asentido despreocupadamente ante los estatutos de su líder. Negó con la cabeza aún cruzada de brazos.
Tomó el pan que le correspondía y lo abrió con cuidado, mientras pensaba en el abuelo, y en lo mucho que las cosas habían cambiado para todos desde que ya no estaba.
—¿Desde cuándo se conocen?— inquirió dándole una mordida a su pan y alternando su mirada entre todos. —Por cierto, Miyamoto, estás en el Grupo A, conmigo. Yoroshiku onegaishimasuuuuuu.— dijo guiñándole el ojo.
Tomó el pan que le correspondía y lo abrió con cuidado, mientras pensaba en el abuelo, y en lo mucho que las cosas habían cambiado para todos desde que ya no estaba.
—¿Desde cuándo se conocen?— inquirió dándole una mordida a su pan y alternando su mirada entre todos. —Por cierto, Miyamoto, estás en el Grupo A, conmigo. Yoroshiku onegaishimasuuuuuu.— dijo guiñándole el ojo.
User1579061 · M
—Da igual porque lo hacen, nosotros nos negamos...—dijo con seguridad, mientras volvía a cruzar sus brazos a la altura del pecho, afirmando con todo el temple que poseía, así como la esperanza de su afirmación infantil—. Nosotros no queremos saber nada de eso, nada de nada.
Los demás simplemente acataban, aunque no tenían la búsqueda ideológica de su capitán, lo hacían simplemente porque era más divertido que hacer otra cosa.
—El abuelo ya no está, y siempre quiso verme fuerte...—afirmó, pero el corazón se le salia por la boca cada vez que hablaba de anciano, menos mal que su compañero llego finalmente con el tan esperado pan de melón. Llevaba más de una bolsa y estaba muy ataviado.
—A comer, vamos.
Los demás simplemente acataban, aunque no tenían la búsqueda ideológica de su capitán, lo hacían simplemente porque era más divertido que hacer otra cosa.
—El abuelo ya no está, y siempre quiso verme fuerte...—afirmó, pero el corazón se le salia por la boca cada vez que hablaba de anciano, menos mal que su compañero llego finalmente con el tan esperado pan de melón. Llevaba más de una bolsa y estaba muy ataviado.
—A comer, vamos.
AiriSato · 18-21, F
Al escuchar la palabra Sukeban pareció salir ligeramente de balance e incluso bajó la mirada, y sin darse cuenta, lo primero que le sucedía en ese nuevo comienzo era volver a hablar del pasado. Casi sonreía por la ironía, pero entonces escuchó al rubio hablar sobre el abuelo, y su semblante pareció quedar suspendido en la melancolía.
—¿Desafiar a los viejos sobre qué?— cuestionó después de suspirar con pesadez.— ¿Porqué creen que la gente estudia o trabaja?— esta vez les preguntó a todos, como quien intenta desenmarañar la lógica que recién le exponían.
—¿Y qué es eso de Kuro Hebi? Toyo-kunii, sabes perfectamente bien que esta no es la fuerza que el abuelo quería que tuvieras.
—¿Desafiar a los viejos sobre qué?— cuestionó después de suspirar con pesadez.— ¿Porqué creen que la gente estudia o trabaja?— esta vez les preguntó a todos, como quien intenta desenmarañar la lógica que recién le exponían.
—¿Y qué es eso de Kuro Hebi? Toyo-kunii, sabes perfectamente bien que esta no es la fuerza que el abuelo quería que tuvieras.
User1579061 · M
pero no significa que la tendrán fácil para obligarnos a trabajar o estudiar ¿No es así, chicos? —dijo ahora, mirando hacía sus compañeros. Que alzaron sus manos, al más puro estilo kamikaze.
—¡¡Los Kuro Hebi jamás perderán!! —gritaron todos al unisono.
—¡¡Los Kuro Hebi jamás perderán!! —gritaron todos al unisono.
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