AidenGideonWeasleyTonks

¿Aiden qué?

-Preguntó curiosamente, ya que nunca lo había visto antes y normalmente se aseguraba de no estar perdiendo su tiempo hablando con algún Slytherin insignificante. Cerró su libro y espero a que contestará su pregunta-

Primero conquistaremos a Noruega, y despues el mundo!

Dame tu mejor brofist a ver si eres digno de pertenecer a mi ejercito. (?)

Busco bros para mi ejercito. Be a bro today y...hmm...juntos cambiaremos al mundo?? *Shrug*

Dude.

-El fuego abrigaba la comodidad de la sala común de Slytherin, mientras Narcissa se encontraba estudiando de un libro sobre "estudios muggles", no podía aceptar que el tan prestigioso Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería forzará a alumnos del nivel de Narcissa a estudiar algo tan bajo como los muggles, prefería estudiar a los animales mágicos que eran aún más dignos. Una voz le llamo su atención al mismo tiempo que la perdió la concentración que había logrado.-

Hola, quién eres?

Gritó Ophelia cuando se enteró que el recolector contratado tenía contacto con ellos. Si bien la chica quimera hubiera deseado, más que Amelia, ir al encuentro, había sido su hermanastra la elegida para recoger el trozo de avellano.

Thot se preguntaba por qué no haberlo comprado en el mercado negro de Praga, ahí encontraban de todo pero, no un avellano, mucho menos uno que sirviera para camuflar a la ninfa en su travesía a Moscú.

Tenía entendido que en Rumania se encontraban los bosques con más variedad de árboles que en cualquier otra región, incluso algunos eran custodiados por criaturas mágicas de las cuales aún no había registro en la orden.

Amelia trazó un portal en la pared de su cuarto y cruzó convirtiéndose en cenizas y reapareciendo al otro lado, en los callejones del pueblo de Hogsmeade, cerca de una taberna. Llevaba puesta una gabardina con capucha, la cual le cubría el rostro a la perfección. Amelia era una joven de uno setenta y cinco, cabellos grises que parecían titanio líquido, la tez pálida y cabello azabache, era de una belleza anormal y claro, era una ninfa.

Escuchó al sujeto que llegaba al lugar con un dragón en el hombro, con el cual intercambió miradas recordando a Ophelia y la emoción que sintió al enterarse.

¿Es seguro? — Preguntó mientras extraía del interior de su bolso un paquete en forma de huevo y mal envuelto y se lo extendía. — Esto se perdió en Inglaterra hace unos meses, es un huevo de hébrido, no sabemos de dónde provino. — Continuó diciendo y antes de permitirle dar una respuesta siguió con su monólogo. — También necesito que me lleves por Rumania, se te pagará con lo que pidas. — Entonces se detuvo, se quitó la capucha y observó al masculino en espera de una respuesta.